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domingo, 2 de febrero de 2014

Presocráticos en el Antro

    

   Viernes noche. Rutinaria mascarada de danzantes levemente venecianos en el Antro, asaeteados por ráfagas de luces estridentes. En su ángulo oscuro el bloguero de la nada, en  su ser natural, diluyendo en el demorado gin-tonic las torvas asechanzas de la existencia, paladeando también el fiero cuadro que tiene al fondo, todas esas furiosas fauves agitándose. Entonces, sin que pueda él anticiparlo, alguien sin querer lo pisa. Ah, es una mujer, puede a bote pronto discernir. Ahhhhh, exagera él ahora con circenses aspavientos el dolor, sólo para que se sienta ella obligada a detenerse. Es bajita, morena, viste camisola blanca y posee unos ojos negros mesopotámicos y vivísimos. Perdona, le dice, y por un instante, como gesto de reparación, le pone sobre la mano los finos dedos. Desarma de golpe los aspavientos el bloguero de la nada: No es nada, era sólo para que repararas en mí Arquea ella las cejas, suspicaz y extrañada a la vez. El que tú me pisaras… qué crees tú que es, ¿azar o necesidad? La morena bajita abre un poco más si cabe los ojos ante el bloguero de la nada, como paralizada por la filosófica interrogante. Esboza una sonrisa. He aquí que el bloguero se lanza ya a hablarle del mundo y de la vida, de los fundamentales elementos que los componen y molturan, de los componentes esenciales que mezclados en distinta proporción conforman la existencia y dilucidan la suerte y el hado de las cosas y de las personas, que ya lo pensaron esto antes muchos hombres sabios, esos hombres y sus nombres, sí. A la chica, que se apuntala la barbilla con el índice, el brazo doblado contra el otro cruzado en la cintura, entre suspendida y pasmada, parecen a punto de desencuadernársele los ojos del rostro ante el bloguero súbitamente charlatán. Dios mío, qué ojazos, son clavados a los de X del Twitter, dios mío, y qué guapa es la condenada, se dice mientras perora el bloguero venido arriba. Aún le resta impulso vital para esparcir, sólo para la morena bajita de los negros ojos más y más ascendentes, el itinerario del pensar humano en su esfuerzo original por desentrañar desde la Razón las sustancias primigenias que constituyen el universo, que hacen, en fin, que sin querer unos les pisemos a otros y hayamos por ello de detenernos siquiera un instante. Se queda la mujer absorta, no sólo con los ojos prestos a disparársele de las órbitas, pues incluso los rojos labios de la boca se le entornan ante el bloguero dicharachero. Hasta que al fin suspira y, cruzada de seriedad, como si desde el fondo del pozo de sus mismos ojos hondos le hablara, va y le dice: Mira, hombre, si quieres ligar en una discoteca, lo último que te recomiendo es un rollazo de veinte minutos sobre los presocráticos esos. Y sin más se las pira… Entonces sí que de verdad sabe el gin tonic dulce dulce. Y las fauves, al fondo, tan rugientes.




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

4 comentarios:

Canino dijo...

Don José Antonio, usted no desfallezca.
Aparte de eso, espero que siga el blog.Leerlo es un placer.
Un saludo.

José Antonio del Pozo dijo...

muchas gracias, señor Canino, por sus ánimos, pídame cuando usted pueda mi libro y el blog navegará viento en popa. Un abrazo

Carlos dijo...

No hay lugar para los presocráticos en el Antro, tan solo encontrarás una schopenhaueriana "Voluntad de Follar" ...ciega, inconsciente ,siempre insatisfecha .Yo creo que la sacerdotisa morena de los ojos mesopotámicos te lo ha dejado bien claro.
Un abrazo.

César dijo...


Ya lo sabes, vate, menos labia y salta a la pista, suda la camiseta. tal vez la morena bajita se fije en ti y puedas, a la única luz de las estrellas, contarlas todas en su presencia y con suerte bajarle una antes de ella te pida que la lleves a casa que le duele la cabeza a causa de la ginebra de garrafa..