Naturalmente es tan sólo un rumor,
aunque éste, en inolvidable fórmula del gran Jose María García, no sea en España sino la antesala de la noticia.
O, más que rumor, quizás sería caso de justicia poética, esa rara y plena
concordancia que a veces, deslumbrándonos, se da entre la cosa, la rosa y su
nombre. Están las avenidas de los
madriles, con la huelga de las basuras, reventonas de pura mérde. Chorrean y
atufan las ristras de nauseabundos regüeldos y desperdicios orgánicos
pudriéndose, arrojados adrede a las puertas mismas de los colegios y demás
lugares públicos. Cómo no ver algo bien alegórico en todo ello: el esplendor
reinante de la Mugre en plena sociedad de la Telebasura al alcance de los
infantes. Si en la turbia peli aquella, Magnolia,
llovían de pronto ranas, precipítanse aquí porquerías varias por doquier.
¿No sería entonces lo más coherente al estado actual de las cosas el que
Tele 5 trasladara la rejilla
pringosa de su programación entera a las basurientas calles madrileñas? ¿No adquirirían
así su pleno brillo la mayor parte de esos contenidos, envueltos así en el
marco que les es más comparable, entre esas apestosas montañas de inmundicias?
Basura sobre basura y sobre basura una, asómate a la ventana, verás a Belén Esteban en las alturas,
tararearíamos, ahora que Navidad está cerca. Por supuesto, podría ser el
exitoso conductor del Sálvame un
perito ideal, el que como nadie calibrara la dimensión hedionda del asunto.
Dicen, he ahí el rumor de que hablaba al principio, que háse visto
a altos directivos de Tele 5 paseando eufóricos por las
calles de la Capital del Reino, festoneadas de desechos malolientes, a pleno
pulmón respirando ellos la fetidez, cual peces en agua, frotándose la manos al
sopesar eso, el brutal share que acarrearía quizás el llevar los programas
estelares a esos muladares, que no les faltarían grotescos voluntarios que allí
mejor y más se revolcaran y aun se rebozaran, más la acabada redondez, la
transparente congruencia que así adquirirían los contornos de la mugre
realidad, ya te digo, Gran Hermano.
¿El medio es el mensaje? De eso nada, McLuchan, que Olvido Hormigos es monada. ¿Entonces? El
medio es el masaje… con final feliz, como en lo de los
chinos. Puritita rubbish, yes.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
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