Garzón -veinte
años después es mucho, que apesta a deja vú- vuelve a llamar a las
puertas del PSOE. Pum, pum, quién
es. Don Garzón, el Superjuez. Cierra la muralla. ¿Eehh, al corazón del amigo?
Psché, bueno, ábrele la gatera de la Conferencia. Las carcajadas de Maese Rubalcaba debieron percutir hasta
en la Patagonia kirchneriana. Y ahí están, Garzón
y catorce de los suyos pidiendo foco con… un Manifiesto más. Desentrañar ese enésimo Manifiesto ahora, en
este otoño de postal, es como desbrozar la seca hojarasca de los más gastados
topicazos. ¿Es esa farfolla toda la genial visión de Garzón? Ramplón Garzón. Dime luego si no, lector.
Primero que nada la identidad:
“Somos personas comprometidas con la izquierda”. El compromiso partidista,
okey, nada que ver con una imparcial visión de la Justicia universal, vale.
Luego, la misión: “Nuestro objetivo
es la derrota de la derecha… “. Y… ¿cómo
es ella? Malvada, muy malvada: “está aprovechando
la crisis para empujar al desempleo y a la marginación a amplias capas de
la sociedad, y especialmente a los sectores más frágiles. Los jóvenes, las
mujeres, los mayores de 45 años, así como los jubilados y los pensionistas
están sufriendo con crueldad la devastación del gobierno de Rajoy”.
Nada, por tanto de errores o de premisas equivocadas en las políticas de
la Derecha, al contrario, “junto a este consciente
deterioro de los avances sociales… este mismo gobierno protege los intereses de
los poderosos amparándose en los sectores más conservadores de la sociedad”.
Tan tan malvada que “ha dejado en las cunetas del olvido a las víctimas de la
dictadura y evita la recuperación de nuestra memoria, elemento clave para el
reencuentro con nuestra dignidad
como pueblo”. Acabáramos, lector. ¿Pues, no coinciden los 14 de Garzón en la proclamación de esa premeditada y planificada
voluntad crudamente aniquiladora de la Derecha española con los pérfidos planes
que ya vimos aquí que le atribuían Almodóvar,
Willy Toledo, el secretario del PSOE de Córdoba entre otros compañeros
mártires? ¡Ese, la atribución de las más espantosas intenciones per se siempre
a la Derecha, ese es el difuso humus omnipresente a esparcir über alles por
buena parte de la Izquierda española!
(Item más, la rabiosa proclama izquierdista del Manifiesto Garzón, leida a la luz de la Conferencia garzonita a
seis mil euros la pieza en Mercasevilla, no digamos sin encima cobrara la misma
en
negro, no se sabe a qué mueve más, si a repugnancia o a risa)
Y cómo quieren los 14 de Garzón derrotarla: “Pretendemos abrir y
ser parte de un nuevo tiempo, con
otra política y otra forma de hacerla… Somos conscientes de que son
imprescindibles nuevas propuestas
desde la izquierda que no se limiten a gestionar lo establecido, nuevas formas de participación abiertas
a la ciudadanía y nuevos liderazgos
compartidos con la sociedad… Un paso en definitiva que sea capaz de abrir una nueva etapa para las personas y para la
política” Sólo que, de tantas veces
oídas esas nuevas, dirigidas encima… ¡a Rubalcaba!, son ya muy viejas. ¿Pero
propuestas concretas, meridianas, verificables, en el Manifiesto? Cero, cero
garzonero, esta vez.
¿Entonces? Los tristes tópicos de la izquierda burocrática, esa
machacona e insufrible lengua de madera: “Este debate debe conformarse como un
espacio abierto a la realidad social, a las personas y a sus inquietudes, y a
las diferentes formas de acercarse a ella… para protagonizar la construcción de
un proyecto político que sea capaz de impulsar desde la izquierda una respuesta
en España y en Europa… Reivindicamos la política como instrumento de influencia
para construir modelos sociales cohesionados y sostenibles económica y medioambientalmente…
Es imprescindible que la Social Democracia dé un paso hacia delante, hacia la
izquierda y hacia la gente.” Eso, que viva la gente. Veinte años después, toc,
toc, vuelve Garzón de nuevo a tocar
en la puerta del PSOE. Ramplón Garzón, sí.
2 comentarios:
Ya hace tiempo que el que quiere sabe con las renovacviones de la pesoe no son tales. Son sólo nuevas mácaras.
Garzón es a un ideal lo que una máquina tragaperras al dinero.
Si el Ideal da pasta, Garzón hace ruidito.
La derecha anda mal. Y atufa. La izquierda, con Garzón, atufa más. Y además parece que su política también la quiere marcar la Kirchner.
Qué discurso necio el de monsieur le Garçon, o el de sus parientes próximos al cifrar su éxito en el posible levantamiento de los restos de Franco, que nunca quiso ser enterrado en Cuelgamuros, que fue le Roi el que lo dispuso.
No perdonan a Franco que haya muerto en la cama y quieren cambiar la Historia. ¿Cómo? El otro día lo recordaba. ¿Disparándole a la nuca, si aún queda para, acto seguido, llevarlo a la fosa que tanto mimara Carrillo, a Paracuellos del Jarama?
Un saludo.
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