Contaba por la radio el padre, con
una entereza y una elocuencia tan depuradas que movían al llanto, la tristísima
tragedia de su hija, Laura Sanz, la
española que en París tras una maldita explosión de gas encontró la muerte. Que
era el primer viaje de placer que la pareja, que con locura se amaban el uno al
otro, rectos trabajadores del común en Toledo, a los treintaitantos se
permitían. Su partida hacia allí nada más saberlo. El calvario de dolor,
incomunicación y desatención, que junto a otro hijo y a su yerno, con su hija
destrozada, aún estaban pasando. El cómo a los tres niños de la pareja debieron
ocultárselo, y el cómo, a pesar de ello, el mayor, de 10, intuía lo peor. Los niños no preguntan por sus
padres, están aletargados, se musitan monosílabos entre ellos, le decían por
teléfono desde casa. ¿Podemos imaginar a esos niños entonces? El cómo querían
también a su hija, cajera en una tienda, tantísimos vecinos del barrio, que
toda su pena les estaban transmitiendo. Lo injusta que es la vida, con tanto
asesino por ahí. Descuida, que ningún escritor o cineasta de renombre
reconstruirá esas vidas rotas en una novela o película que contara bien esa
historia de amor y de esfuerzo, de Bien y de tragedia. Tampoco interesaría
mucho, la verdad, habida cuenta de la morbosa atracción que en las audiencias
los psicópatas de toda laya en las producciones “artísticas” levantan. La
seducción del Mal, el Bien, que es que es aburrido, dicen. Ese padre
excepcional, “no puedo permitirme ahora ni una lágrima”, que tan bien hablaba
de la inmensa humanidad de su yerno, contó que éste, Luis Miguel, tras la explosión, se echó en los brazos el cuerpo
quebrantado, sangrante e inconsciente de su mujer y así salió a la calle,
pidiendo ayuda a gritos. Y que la gente que encontró, en vez de como fuera
socorrerlo… ¡sólo lo grababan con los móviles! ¡Así hasta que alcanzó a un
bombero! Ahí tenemos a las claras cómo, incluso en una situación límite, el
instinto natural de la compasión se ve quebrado por la malsana pulsión social
contemporánea del narcisismo-voyeurismo-exhibicionismo que las pantallitas
introducen. Estamos locos. Nadie hará un libro o una peli sobre tu tan
maravillosa como desdichada historia, Laura
Sanz.
Un GRAN REGALO para ti, para un familiar o amigo querido. Voilá: este par de buenos libros. LOS DOS (o dos ejemplares de uno de ellos) por 20 E, envío por correo certificado incluido. 22 E contra-reembolso. Mira:
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (154 pgs) : A un cuarentón tímido hasta decir basta, su mujer, que ha encontrado otro más alto, más fuerte y más guapo que él, le señala la puerta de casa. Ha de digerir el trago y abrirse al mundo: discotecas, mujeres fatales y sensacionales, encuentros y desencuentros. ¿Hallará su lugar al sol?
VEINTE RELATOS DE AMOR Y UNA POESÍA INESPERADA (165 pgs): una creativa indagación sobre la condición humana enamorada, con la narración de las emocionantes encrucijadas a que nos arrojan los sentimientos inevitables.
HUMOR, AVENTURAS y SENTIMIENTOS a raudales.
UNO DE ELLOS, 12 E, envío por correo certificado incluido.15 E contra-reembolso. 10 E por correo ordinario.
A la dirección (PUEDE SER TAMBIÉN la del trabajo, o la de un establecimiento público que conozcas, una OFICINA DE CORREOS, por ejemplo) de España que desees. Pídemelo aquí, o en mi correo: josemp1961@yahoo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario