Ocurrió que, a todas luces contraviniendo las odiosas normas que la peste impone, a modo de saludo tras tanto tiempo sin verse, y eso que no se conocen demasiado, con todos los labios ella fue y le besó en la frente. Hola. Hola. Veo que estás bien. Veo que tú superbien. Lo has traído. Lo he traído. Y no quedó ahí la cosa. Con lentitud de delicia, de espaldas al viento que picoteaba la acera de Recoletos, le desprendió de las orejas los cordoncitos blancos de la mascarilla KN95, primero el izquierdo, luego el derecho, dejándole allí desnuda y al pairo la boca. Otro tanto hizo con la suya. Se echó las mascarillas al bolso. Bocas como rubíes vivos que tesoreaban la noche. Entonces ella, con desusada dulzura, le besó los labios. El apunte de una sonrisa. El parpadeo azul de los ojos. Y luego le dejó caer besos a mansalva sobre las comisuras, sobre el mentón, sobre los pómulos. Podían ya meterse en cualquier lado y beberse unas cervezas más allá del Toque de Queda.
#Leeresvivir #LeerLeerLeerEsUnGranPlacer Ahora que no
podemos salir tanto, es un buen momento para aprovechar y leer buenos libros.
Yo, escritor sin Nombre, sin Padrino, sin Contactos, los tengo buenos, bonitos
y divertidos. SOY ESCRITOR. 111 ROSAS, EROTISMO, AVENTURAS,
DIVERSIÓN, 301 pgs, 10 E, envío incluido. TE REIRÁS. TE DARÁ QUE PENSAR. TE
EMOCIONARÁ. Contáctame.
ARGUMENTO: Un cincuentón, un poco a la deriva en el
nuevo orden amoroso, buscando su lugar al sol: Ironía siempre, belleza y caos,
ilusiones y ternura, risas y lágrimas, amores y traiciones... la VIDA a
chorros, my friend.
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