Tengo pocos amigos en la vida real (Para mi sorpresa, a unos cuantos amigos virtuales les siento más próximos y reales que a los conocidos reales, creo que me entiendes). Siempre he sido persona de pocos amigos. Soy más bien introvertido, eso es. Si tuviera muchísimos amigos, me sentiría un poco perdido. No escribiría tanto. Estos pocos que me conocen, y que me QUIEREN, me dicen, “sí, eres majete y todo eso, Jose, pero lo mejor tuyo está en tus 111 ROSAS, quien no las haya leído, pues eso, que se pierden lo mejor de ti, tus Rosas, tu Bobo, qué rabia”. Y yo les digo entonces, “ya, gracias, tronks, luego os invito a un café, o una cerve, como mejor queráis, pero el libro, jejejé, por y para mi propia autoestima, me lo tenéis que pagar, eso NO lo perdono, porque de lo contrario, igual que la consulta al psicólogo que no pagas, no te cura, mi libro entonces no te haría suspirar, sentir, pensar, vibrar… ¿Me entiendes?”, les remato ya a lo Belén Esteban”. ¡Por supuesto!, me dicen todo serios. Y así lo hacemos. Nos reímos entonces. Nos damos un garbeo por los alcorcones. Nos tomamos una cerveza por el barrio luego, que invito yo, eh. Alguno me pide otras 111 ROSAS, para regalar él. Muchas gracias, tronk. Me leen, eso es todo, folks.
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