Tras el guantazo y el fraseo tarantinos de Will a Chris en la más grande ocasión que vieran los cines de Hollywood, lo más sorprendente para mí, como reza la teoría de catástrofes sólo que al revés, fue el aleteo de amistad que en su defensa desplegó… en España Pablo Motos. “… Yo soy amigo de Will Smith… desconocemos los detalles… es un arrebato, es una cagada… Will Smith es una de las personas más especiales que yo he conocido en mi vida… es cualquier cosa menos una persona violenta, que lo único que quiere es que todo el mundo a su alrededor esté feliz, que además de un talento incuestionable tiene un corazón de oro y que seguramente ese corazón es el que le traicionó anoche, el que esté libre de meter la pata y de cagarla que tire la primera piedra”. Aleteo tarantino también en ese speech redundante de heces - pasan ya desapercibidas, pese a su olor, de usuales que son- como corresponde hoy a toda Celebritie que se precie en el Reinado de la Mugre presente, pero sentida expresión de amistad en el fondo, pues se sabe que le ha entrevistado siete veces en su Hormiguero, que estuvo a punto Will de por un Pastizal comprárselo para él y para USA, y que, de resultas de todas esas relaciones, Pablo admira profundamente a Will. No sé, me pareció fantástica la revelación de esta amistad interestelar entre la Celebritie planetaria y la local. Qué feo, en cambio, quedó en el lance Jorge Javier Vázquez, el Príncipe de la Telabasura, que aprovechó el caso para en su Tinglado de heces varias, antes de que hablara, meterle el dedo a Motos en el ojo ese. Cómo es Jorge Javier, qué tío, qué estilo tiene. Peor que el guantazo de Will, yo creo.
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