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jueves, 27 de diciembre de 2012

Extraña Navidad


   
   Se hace tan extraña esta vez la Navidad, cuando debería estar uno lleno de los buenos sentimientos casi por inercia, de alegrarse, ahora que acaba el año, por estar vivo y todo eso, cuando las reuniones familiares y el cálido run-rún de las felicitaciones sinceras  te empujan al natural contento, cuando tantos motivos sobrarían para mostrarse al menos en paz, y celebrar que ya cada día se abre un celemín más de luz en los cielos, que aun quedan niños que canturrean por la calle villancicos –los has visto-, que el manzano del parque porfía con el general Invierno por salvar el mayor tiempo posible aunque sea sólo una de sus hojas exhaustas,  cuando, habida cuenta del océano tenebroso de tragedias circundantes, no tendría en fin  derecho alguno a quejarse uno de nada… y sin embargo, este acíbar en la punta de la lengua del que no logro desprenderme, esta egoísta pesadumbre al comprobar que no me salen las cosas como quiero, este absurdo sinsabor que me lastra también la imaginación y me ahoga en dudas e, igualito que al padel, encoge del todo mi mano. No me salen las cosas.
     
   Me puse anoche en la tele otra vez “To be or not to be”, la absoluta Obra Maestra de Lubitsch.  Casi al principio de la peli, llegué hasta la extraordinaria escena en la que de pronto se anuncia, para el horror de todos los miembros de la compañía de teatro y del público allí asistente, el estallido de la 2ª Guerra Mundial. En todo los que cruzan la pantalla se reflejan el espanto y la angustia ante la inmediata tragedia colectiva. En todos menos en  el egoísta Actor Principal –extraordinario Jack Benny-, ciego y sordo al pavor que a todos sacude, atribulado y quejoso solo él porque un espectador se ha levantado de la butaca en el momento en que iniciaba él su monólogo. ¿De qué estás hablando?, llegan a increparle entonces los demás personajes, entre ruidos de sirenas y de altavoces que llaman al refugio antiaéreo. Ese eres tú, me dije. Hasta las peliculas de hace 70 años te lo dicen bien clarito. Apagué y con perro humor me fui a la cama, claro.      





LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

8 comentarios:

Winnie dijo...

Tienes que buscar la forma de reir Jose Antonio....un besito

Pat.mm dijo...

También a mí se me hacen extrañas, muy, muy extrañas estas navidades, Jose Antonio.
Un abrazo,

Inmaculada Moreno dijo...

Ánimo alto, hombre. Hagámonos a la idea de que la vida es como queramos tomarla. Y yo elijo cogerla por los cuernos y, después, bendecirla. Un beso

CLAVE dijo...

Una cosa que yo he notado es, las pocas personas que me han dicho en la calle Feliz Navidad.
Lo peor es que yo no se lo he dicho a nadie y los pocos que me lo han dicho, hasta me quede sorprendida y costarme reaccionar, es como si a mi se me hubiera olvidado,que solo paso dos días, uuuuyyy me parece que todos estamos un poco tocados...saluditos y que nos sea leve, por que si no es así, que futuro Jose Antonio...

Napo dijo...

Don José Antonio, déjelo pasar. Hay veces que nuestro río particular de la vida pierde su cauce, o no lo reconocemos. Es igual, no somos tan originales. Todas las aguas vuelven a su cauce. Hasta nuestro río lo hace, aunque haya veces que pensemos que hemos desembocado entero en un mar de dudas y sin sabores.

Laura Caro Pardo dijo...

Brillante como siempre, querido amigo.

Son unas navidades de lo más extraño, en parte porque algunos no tenemos paga...

Un abrazo grandote y felices fiestas a pesar de todo.

NVBallesteros dijo...

Son épocas muy complicadas, pero me doy un espacio para pasar a dejarle mis saludos y mis deseos de que tenga un año esplendido, que su corazón encuentre TODO lo que necesite....Besos

Monica dijo...

De acuerdo, no te salen las cosas como quieres ¿Y a quien le sale todo a pedir de boca? No hay circuntancia perfecta. NO te desazones. Saludos