Todo conspira entonces en el Internet para enarbolar una especie de acomodaticia
ética de la renuncia y, en una suerte de revancha cósmica, nada de exprimirse
la sesera en vano, adaptarse a lo que hay, sí, y escribir cosas rápidas y a
medias de hacer, total, entre el exabrupto y el sarcasmo, amagar y vacilarle a esa oficial, también la
oficiosa, sociedad que te da la espalda. Así, escribir relatos terroristas
–sólo del mío terrorismo, ¿eh? terrorismo de fracasati, ya tú sabes,
lector- que solo sean chispazos absurdos y sensacionalistas, que parezcan a la
vez profundísimos siendo nada. O escribir bocetos de artículos, como bonsáis
con paridas colgantes, como bolas de Navidad
sobre la playa de agosto. Del tipo de: tengo la idea muy clara de cómo
superar la crisis económica y acabar con el paro, y que seamos así todos justos y
benéficos, pero como no me haréis ni puto caso, que os vayan dando mucho por
ahí. Muchas risas, sí. Algo así como una
colección de guiños tipo los-relatos-que-nunca-escribiré, los-libros-que-jamás-escribiré.
Sí, algo así de estúpido, algo así de bobo. Au revoir a las jodidas ínfulas.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada,
pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)
7 comentarios:
La verdad, cuando me pongo a escribir dejo que salgan los pensamientos, apenas adornados. Si hay tiempo se acicalan, de lo contrario así está bien. Por ello he de darte la razón, internet es una especie de escupidero en donde carraspeamos para calentar la voz e intentar cantar en la ópera de Planeta. Al menos quienes jamás tuvimos ínfulas. Otros como tú, no precisáis de retoques, parece que os sale natural el pensamiento ordenado y hermoso.
El triunfo puede ser la constatación de la valía, pero el no triunfar, en manera alguna significa que no se sea válido. Incluso brillante.
Felices Fiestas. Y ventas.
Que no, que tu no sabes rellenar de basura un testo, que eso lo hace el que le sobra espacios y le falta inspiración.
Vamos arriba que tu puedes, quizás tengas que darte un tiempo, y volver con renovadas fuerzas, igual te viene bien frivolizar un poco de ti mismo, a mi me funciona...saludos..
No te obsesiones con la venta de tu libro porque casi nunca funciona en ningún autor primerizo.
Los almacenes de las editoriales están a tope de libros sin vender y viene a ser el recordatorio de lo poco que en este país se gasta el común en la compra de un LIBRO.
Eso de "los relatos que nunca escribiré" lo utilizo yo tambien mucho José Antonio Un beso que me marcho unos días
CESAR DICE: "El triunfo puede ser la constatación de la valía, pero el no triunfar, en manera alguna significa que no se sea válido. Incluso brillante."
Don José Antonio... ¿más claro?
Don José Antonio, yo esto de escribir lo veo al Gandhi modo: “Escribir no es el fin. Escribir es el camino”.
Siempre tuve claro que tenía que huir de dedicarme a ganar el dinero del pan haciendo una actividad que me gustase. Seguro que en el momento que tuviera que objetivar la actividad en pro de un beneficio crematístico, perjudicaría el beneficio anímico y/o pasional.
Conozco personas que han conseguido vivir de lo que más le gustaba. Uno de la vela. Otro de los caballos. Y otro del monte. Tres de mis pasiones. Los tres amigos han conseguido (como casi todo el mundo) estar hasta los h*… de su trabajo, y consecuentemente de su pasión.
Siempre me ha gustado mucho leer; pero sólo hace un par de años que me he dado cuenta que soy un escritor atrapado en el cuerpo de un lector. Jjajajjaja. Vaya tontería acabo de decir.
Sí, quiero escribir un libro. El libro. Tengo el argumento y personajes más que trabajados. ¿Sabe don José Antonio? ¿Saben blogers de Don José Antonio?. Les parecerá increíble, pero tengo claro que no voy a disfrutar tanto escribiendo el libro y terminándolo, como estoy disfrutando pensándolo.
El tema y los personajes se han hecho compañeros entrañables y divertidísimos de mis ratos muertos. Hay veces que hasta siento que les soy infiel porque los utilizo de quita y pon. Son sólo y nada menos que una herramienta o juego que me hace la vida más llevadera.
Nunca he pretendido arreglar el mundo. Me he conformado con hacer el leve esfuerzo que hace falta para que un hombre no lo deteriore más. Siempre he procurado hacer mi vida (míos incluidos) más fácil y apacible. Este libro del que tengo hasta el título (HAY QUE ARAÑAR LOS CIEMINETOS) se ha convertido en una de mis mejores cartas en la manga, hasta el punto que muchas veces pienso: “¿Y si tuviera dos libros en la cabeza”?
Hasta el año próximo. Que Dios le otorgue días felices a todos.
Nunca pierdas tus ínfulas, por favor. Saludos
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