A Malala Yousafzai, lector,
una niña pakistaní de 16 años ahora, que quería sólo que la dejaran en paz ir
al colegio, los talibanes le metieron un tiro en el cuello. Como en una
película de malos malísimos, sí. Su caso saltó a la prensa internacional hace
un año. Malala escribía un blog. Lo
sigue escribiendo, creo. La nada con ínfulas blogueras que aquí lees se sintió
entonces por ella concernido, por la injusticia que ella sufrió y por su dolor
terrible, y como si de mí dependiera el Mundo –así de tremenda es esta nada- le
escribí un texto con el corazón en vilo. Como resulta que Malala se recuperó de sus heridas, y que además a Malala le han concedido ahora el Premio Sajarov a la defensa de los
derechos humanos, me apetece mucho ahora retrotraer aquel texto, como en
voluntaria ofrenda que la nada interbloguera le hace y le renueva a Malala.
Ha querido además la babélica aldea global en que
sobrenadamos, este maremágnum tan revuelto de alegrías como de tristezas, pues
así de azaroso es el engrudo de que está hecho la propia vida, que coincida el
premio a Malala con el
desgraciadísimo asesinato de Asunta,
otra pobre niña bloguera adoptada en
la lejana China y que aquí encontró su muerte. Ojalá Asunta, allá donde se encuentre, de alguna manera pudiera
contemplar la ilusión radiante de Malala
cuando reciba su premio, y de alguna misteriosa y espiritual forma, como una
presencia sobrenatural, sí, estuviera a
su espalda soplándole ideas cada jornada que Malala labore y escriba en su blog. Malala y Asunta: In blog véritas.
Y el resto también es silencio. Va mi ofrenda:
Como en Babel -la película-, la caleidoscópica actualidad que escupe
la Aldea global a tumbos nos
lleva, hilvanándolas en su madeja, desde la niña-sincronizada-tiraselotodo de
la España en crisis a otra niña pakistaní de 14 años también, aunque de algo
diferente existencia. Malala Yusuzfa,
14 abriles, tiroteada cruelmente por los talibanes, culpable a esos ojos
criminales del terrible delito de querer estudiar.
La vida de Malala corre
peligro. Tuvieron que extraerle en el hospital de Rawalpindi una bala alojada en su cuello cerca de la médula
espinal. No le dispararon al azar los talibanes. Malala era conocida internacionalmente desde hace tres años, el
tiempo que llevaba en su blog denunciando las atrocidades talibanas, que
prohibieron la educación femenina. (escribe uno, lector, Malala-catorce
años-blog-tiroteada-malherida y uff, notas el pellizco en el corazón)
Brutalidad infinita talibana iba este bloguero a decir, si los
monopolizadores patrios de la brutalidad antigubernamental no me piden peaje
por ello. Se echa de menos en los media, por la causa de Malala, uno de esos numeritos
fieramente reivindicativos que las superpagadas estrellas progresistas de
Hollywood –los Sean Penn de guardia
y cía- montan cuando el presidente norteamericano es un republicano. De la Ceja patria, de Garzón&Pedraz aquí, de los Indignados cinco estrellas, de su
brutal silencio al respecto de Malala,
mejor es ni hablar.
Pero pocas veces se hallará una realidad tan transparente en su
significación: en esa niña, Malala,
tiroteada al volver del colegio, con una bala cerca de su médula espinal, vive
sobre todo una persona malherida y en peligro de morir asesinada, pero además
uno de los más acabados símbolos de la eterna lucha entre la Ilustración y la
barbarie. Este bloguero anónimo, que es nada, cruza sus dedos por tu vida, Malala, y ojalá nos llegue muy pronto
a los ojos –aunque no pudiéramos entenderlo, no sería ello óbice para nuestro
contento- la paloma preciosa de tu blog.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
3 comentarios:
Pobrecillas las mujeres. En esos paises la libertad de derechos humanos y la libertad de expresion y decision es nula. Una gran desgracia. (Esther Videgain.)
Pobrecillas todas esas mujeres. En esos paises, no tienen libertad de derechos humanos ni libertad de expresion ni de decision. La vida de las mujeres viene a ser como, algo a si, como persona de compania y no como ser humano independiente. (No funcione el corrector ortografico, lo hago desde el Google de la BlackBerry.)
Coño don Jose Antonio, escribe usted cosas preciosas. Sabe usrted sacarle letras a su corazón y colgarlas en el de los demás.
Malala, Asunta y otras/os son la prueba de que la humanidad no tiene remedio, y usted y otros/as son la poca esperanza que nos queda.
Si hay una palabra que unifique sin error posible a la progresía es el miedo o la cobardía. Talibanes, etarras y demás... No nombre usted a la bicha. Son tan megamodernos que sólo atacan a quien no tiene más armas que la palabra.
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