Han querido el azar o la necesidad, la conjunción de los astros, lo que quiera que sea que mueva el Mundo, que, tras el chasco de las Olimpiadas, tras el relaxing
cup of coffee que hubimos todos de tomarnos luego, de nuevo
especialmente para los madrileños bien en lo alto relumbre el Sol, pues por vez primera en la Historia de la Copa
de Europa dos equipos de fútbol de una misma ciudad, pongamos que hablo de Madrid, tras derrotar con apabullante
brillantez a los mejores equipos del continente (fornidos teutones, briosos ingleses,
enconados turcos, pícaros italianos… mordieron todos la hierba ante la tempestad y
el empuje de los equipos gatos) arriban pletóricos a la Gran Final, lo que
proyectará durante todos esos días el nombre de Madrid por todos los rincones de la Tierra entonces. ¡Albricias
entonces, madrileños!
Es todo un hito histórico, como
digo, y por eso merece ser resaltado, que explotará urbi et orbe el 24 de mayo,
en inmejorable colofón a las fiestas isidriles. Viene además la cita en pro de
la conquista de la Gran Copa
atiborrada de poderosas connotaciones emocionales y simbólicas para unos y para
otros: sería la Primera para el Atlético
de Madrid, justo cuarenta años después del duro fiasco ante el Bayern, pero
sería también la Décima para el Real
Madrid, ese dorado sueño del doble dígito. Ojalá el cada vez más torvo
hooliganismo ambiental no nos impida celebrar lo esencial, la estelar presencia
de los equipos madrileños en la Fecha por excelencia del Deporte rey en Europa.
Ojalá esos castradores códigos fieramente binarios –si bochornosos en los
hooligans, desoladores en los periodistas, a quienes debería concernir su
responsabilidad profesional como mediadores sociales- que el fanatismo
a veces expande por doquier, no enturbien la Fiesta.
¡Lo bonita que es la palabra “aficionado”! Encierra ella la sana inclinación del
sentimiento hacia unos colores, esa ficción
también, compatible con la más noble cualidad que la práctica y la
admiración del deporte –una competición sometida a normas- siempre ha procurado
y debería seguir procurando: la
deportividad, el saber ganar, el saber perder. Por vez primera dos equipos de
una misma ciudad en la Final de la Champions, pongamos que hablo de Madrid, esa ilusión hecha realidad… ¡pues
albricias mil!
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
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