La reciente presentación (26-7-2017)
de un libro encomiástico sobre la Revolución Rusa ha sido la ocasión elegida
por Iglesias para apuntar un nuevo
viraje ideológico a lo Gran Timonel, que sobre todo consiste ahora en apropiarse del discurso
posibilista y pro-pacto con el PSOE de Errejón,
el mismo que había combatido, derrotado y degradado en Vista Alegre ¡en febrero de este año! Glosar sus
palabras ahí –pasadas por alto por los más afamados comentaristas- es una buena
ocasión para aprehender la singular forma de hacer Política, esto es, de “cabalgar contradicciones”, -como ya él
de sí mismo dijera-, de analizar estos súbitos encabalgamientos en los que a
los suyos a placer arrastra el Líder Sumo del tercer partido español.
Se trata en apariencia de reivindicar la revolución comunista, peliaguda cuestión que es preciso encubrir: “El
libro es una joya… conozco a los autores, compartimos militancia bolchevique hace muchos años… Claro, nos estamos
adentrando por una selva oscura repleta de significantes
del Mal y probablemente nuestros adversarios estén afilando las espadas,
los cuchillos y las plumas para asociar con nosotros en tanto que
representantes políticos los significantes del Mal… esto siempre es arriesgado…
mucho cuidado, los fusiles cargados y apuntando…”. Es decir, la enésima
constatación de su absoluta certeza de que las
palabras son decisivas y, como la etiqueta comunista no vende ahora, es capital el eludirla. ¿Imaginar al otro
afilando espadas, cuchillos y plumas, fusiles cargados, ese lenguaje violento,
es lo que configura a un adversario, o más bien es lo que se
asocia a la binaria dialéctica amigo-enemigo, tan cara a Lenin como a Carl Schmitt, el ideólogo del nazismo,
tan caros estos mismos a Iglesias?
“Diría que el genio bolchevique es la llave política
para abrir las puertas de la Historia, que va más allá de los avances y de los
crímenes innegables de la experiencia soviética… Es que Lenin en un genio ganador, los bolcheviques se diferencian de otras
tradiciones revolucionarias en que construyen una teoría política para ganar, Lenin inaugura una nueva Ciencia Política y eso es lo que sitúa a Lenin, independientemente de sus ideas,
en una figura para la Ciencia Política equiparable a Maquiavelo, Max Weber, Carl Schmitt… Una demostración
politológica de Lenin, la autonomía
de la Política, que la Política puede ganar a la Historia”. ¿Lenin, una Cumbre de la Ciencia
Política, por encima incluso de Marx? Si como decidido partidario de la
violencia y fanático asaltante del Poder –de despiadada crueldad una vez en el machito- el éxito de Lenin,
y de su golpe de Estado, es
innegable, su aportación teórica resulta
de una mediocridad apabullante, contradictoria y oportunista siempre.
Reparemos, si no, en que Iglesias en
ningún caso cita en su auxilio fragmentos o títulos de sus obras. ¿A qué viene esa
desaforada exaltación del Lenin ganador,
esto es, de uno de los mayores criminales en masa de la Historia? Enseguida lo
entenderemos. CONTINUARÁ MAÑANA
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