A ver, queridas Majestades, que me da mucha vergüenza, con tanta desgracia como campea por el mundo, también con personas cercanas atacadas por crueles enfermedades, el molestaros el muá con una petición más, si bien es cierto que en todo escritor sin Nombre aletea un niño humilde e ilusionado con sus sueños como el primero, y el de poder seguir haciendo LIBROS/LIBROS acaso sea, a contracorriente de este mundo tan apabullante de imágenes brutales, de esos sueños que merecen la pena. Va, Majestades, vosotros que tenéis mano y poderes, que obráis prodigios: ¿podríais conseguirme la capacidad de convertir los muchos y continuos “me gusta” y “me encanta” que recibo en concretas solicitudes de mi libro? Es que, Reales Magos, de lo contrario, todo mi “lavoro” diario aquí sirve para nada; es, con perdón, Realezas, hacer un pan como unas HOSTIAS. Si lo que escribo una y otra vez les “gusta”, si les “encanta”, tampoco pido tan-to…ooo, tampoco pido tanto, ¿no? ¿Cuál es entonces el problema? Si al menos por privado me lo dijeran, mi salud psíquica mucho lo agradecería. Y puestos ya, Magos de Oriente, ¿podríais conseguirme que los que eso me PROMETIERON hacerlo, el solicitarme IL MIO LIBRO, prego, se acuerden y LO HAGAN? Y yaque os pido, oh Reyes, que a mis verdaderos amigos aquí los colméis de cariño, de salud y de belleza, que bien que se la merecen. En ellos y en Vosotros confío, en quién si no. Y era eso todo, majos, Magos.
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