Al día siguiente mismo de que como Sultana in péctore, rodeada de
sus acólitos en cólico de éxtasis, bajara Susana
la rampa triunfal que le llevare al Poder y la Gloria, la juez Alaya, amapola de la Justicia en el muladar, tan callando
como suele ella hacer, a su manera le recordó que es humana, demasiado humana:
redada de Altos Cargos –cinco- del Gobierno susano
en funciones, detenidos por la Guardia Civil como corrutos.
La situación es redundantemente embarazosa, diríamos. ¿Quién va a
mancharse ahora las manos colaborando a la investidura de la grávida Sultana? Claro que, si como acabamos una vez más de comprobar, en Andalucía la Corrupción sistemática,
incluso en medio de la más pavorosa crisis económica imaginable, se proclama,
se reclama e incluso se aclama por la mayoría del Pueblo, la solución al susto judicial parece elemental, querida Susana: convoque Usted mañana mismo nuevas elecciones autonómicas y, acto
seguido, al fervoroso calor de las pestilentes corrupciones, será su mayoría absoluta cosa hecha.
Y entonces sí que será ya la suya –afirmada sobre la también rampante corrupción- una rampa del todo
Triunfal, un estado de muy buena esperanza, doña Susana.
(Qué le queda al escritor sin Nombre ni
Contactos salvo insistir e insistir -resistir y resistir- en las redes
sociales, en los lectores y amigos que las mismas le procuran, aun a riesgo de
resultar pesado, y confiar en que poco a poco quienes aprecian y valoran su diario afán le
soliciten, y lean y regalen su libro, el fruto de sus mejores desvelos. Sí, yo
confío en ti, lector de este blog.)
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