Mejor ni pensar las simas y delirios de rastrera imaginería porno-light a que hubieran descendido el bobo de Grey y su más boba aún cómplice, si en las manos y en la mente de su exitosa creadora hubiera caído alguna vez una soberbia torrija en su justo punto aderezada. En qué pendejadas sadomaso Grey y su santa con una buena torrija encima no habrían sucumbido y hasta chapoteado, mamma mía … Con lo sencillo y a la vez hermoso que es entre dos personas enamoradas solo el muy despacito ir dándose de comer el uno al otro, de las manos de él a la boca en aguas de ella , de los dedos de ella a los labios almibarados de él, esos trocitos de torrija como jirones de un sol a la vez tostado y estrellado, en su interior delicuescente en oro líquido, dulcísimo y perfecto. Demasiado para Grey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario