Aún quedan días de verano
política, literatura, cine, sociedad
Aún quedan días de verano
"... Si se calla el cantor, no es que calle la vida, porque ésta, mecanismo imparable, como sea sigue y sigue atronando, pero de la misma forma que sin música la vida de las personas sería un pasar muy lúgubre, sin buenas palabras, sin la música que las palabras albergan y rezuman, la vida nos resultaría infinitamente más sórdida...". (pg 5, de mi prólogo en EL ALGORITMO DE LOS BESOS TRUNCADOS). Te gustará, verás.
A solas tú, a tus anchas sentada/o, repachingada/o en tu sillón favorito, con mi Libro de los Besos entre tus manos, en silencio y en sosiego absolutos a tu alrededor todo, en suspenso el resto del mundo un buen rato, entre paréntesis el Universo, sí, sólo tú y mis mejores versos, vivos de nuevo en ese instante a través de tu imaginación enfebrecida, mis palabras y mis quimeras en tu boca paladeadas y silabeadas muy bajito, como si al oído también yo te las leyera, renacidas por tu ingenio creador, que las inviste de ideas y de ilusiones que no estaban en mí y que tú le añades, eso es leer, crear tú también con el filtro de tu código y tu sensibilidad lo que yo te propongo, hacerte también tú mi autor/a, a solas así tú y yo, ese buen trato, entre los algoritmos míos sin truco tu cuidado abandonado.
A solas tú, a tus anchas sentada/o, repachingada/o en tu sillón favorito, con mis ALGORITMOS DE LOS BESOS entre tus manos, en silencio y en sosiego absolutos a tu alrededor todo, en suspenso el resto del mundo un buen rato, entre paréntesis el Universo, sí, sólo tú y mis mejores versos, vivos de nuevo en ese instante a través de tu imaginación enfebrecida, mis palabras y mis quimeras en tu boca paladeadas y silabeadas muy bajito, como si al oído también yo te las leyera, renacidas por tu ingenio creador, que las inviste de ideas y de ilusiones que no estaban en mí y que tú le añades, eso es leer, crear tú también con el filtro de tu código y tu sensibilidad lo que yo te propongo, hacerte también tú mi autor/a, a solas así tú y yo, ese buen trato, entre los algoritmos míos sin truco tu cuidado abandonado.
Fue en Nueva York, una tarde buena, que entre bromas y entre veras, un youtuber les clavó. Como Mecano, en la Fiesta se coló y en el Desfile se plantó: adefesios para todos y algo de parné. Gorro de baño, bolsa de plástico, bañador en rose, deportivas con negros calcetos. Y tan pichi que desfiló, oyes. Uno más en la Pasarela de la moderna Moda. De no llegar, al final del cuento, el bruto segurata a placarle, hasta aplausos hubiera arrancado el figura. Como youtuber el mozo es, el cuento acaba bien: la Fama, es decir, los seguidores por millones, la Pasta, tras el numerito ofrecido, se le disparan desde ayer. Moraleja vieja: no es que el Rey vaya desnudo, no, es que el Reino entero, aplaudidores incluidos, lo está. Entiéndase por desnudo, sin sentido. Así funciona esto ahora, entiéndelo. Mejor aún, no lo entiendas. Fue en Nueva York, una tarde buena.
(Escribíamos ayer)... Y lo del karma, que a cada uno, te lo juran por Namasté, yo que sé, devuelve siempre el mal o el bien que uno hizo. O eso otro también de que “el tiempo acaba por poner a cada cual en el lugar que se merece”, como si por sí sólo el Tiempo fuese una suerte de Tribunal Supremo del Bien y de lo Justo que todo a la larga con equidad lo resuelve. Y de nuevo ¡no! ¡Depende todo de tantas circunstancias!
Lo que nos gusta decir “el que trabaja y trabaja, el que da, y da, y vuelve a dar, al final obtiene su recompensa”. Y no es siempre así. Y más que nunca en estos ingratos Tiempos.
Si te gusta lo que aquí escribo, please, ayuda a este escritor sin Nombre para que pueda seguir haciéndolo. ¿Cómo? Pidiéndome mi Libro de los Besos, EL ALGORITMO DE LOS BESOS TRUNCADOS que, te lo aseguro, es bueno, bonito y lo otro (152 pgs, 10 e envío incluido). O, si tienes que hacer a alguien a quien aprecias un buen regalo, regalándolo. Por sólo 1 euro más te doy yo otro libro electrónico mío, va, tú eliges: AMOR Y DESEO EN EL CINE o SIETE RELATOS IMPAGABLES, o cualquiera de los de política. Cualquier duda, consúltame. Gracias.
Qué cansinos ya los del “esto va de…” o “esto no va de…”. Es un metamensaje retórico con apariencia modernilla y populachera, por repetido, patético, que busca enfilarnos a todos sólo hacia lo que a ellos interesa que hablemos. Esto va de que hay que cambiar la herramienta, que, de tanto abusar de la misma, la tenéis ya oxidada, hombre.
Se me rompió la cremallera del vaquero. Se me desabrochaba la bragueta, claro. ¿Eres poeta? Pues… pues eso mismo se me vino a las mientes. Tuve que ir con el coche a la tienda de los arreglos, tan poquitas como quedan. Me dijeron, 11 euros, y por adelantado, el ponerte una cremallera nueva. Pero si por 15 puedo comprarme un pantalón nuevo, pensé. Luego me dije –el escritor sin Nombre, así de bobo es, todo lo mide en relación a su Obra-, fíjate, mi Libro de los Besos, que abrocha y desabrocha libres la imaginación y la sensibilidad, dedicado y puesto en casa, 10 e, y con un libro mío por ordenador más, 11 e, igualito que la cremallera. Levanté la vista, vi la tienda tan pequeña, el señor que la atendía, mayor que yo y algo desmejorado, sus ropas con brillos, sus gafotas de aumento… Le dije, venga, vale. El viernes la tienes, me dijo. El viernes tengo que ir a recoger mi pantalón con cremallera nueva.