Lubitsch y Renoir fundidos, la amarga realidad, más que noir, renoir now en #Ucrania. Al presidente #Zelensky, actor y guionista, creador, lo vimos ya en “To be or not to be”, uno más en aquella inolvidable compañía bajo ese toque maestro. También con su carita infantil de golpe envejecida por el horror, uno más de los alumnos de Charles Laughton en la imprescindible “Esta tierra es mía” renoiriana. Ayer Hiroshima, hoy Kiev mon amour, así es. Esos refugios atestados de viejos y niños, los llevamos vistos tantas veces. El miedo, el horror, el espanto, La Lista de... de #Putin, el nuevo fhürer, el espía que vino del frío, el Gran Dictador, perito en sembrar dolor. El pepinazo putiniano a esa Torre de viviendas en Kiev, trasunto de las Gemelas, símbolo del trabajo estas, símbolo de la vecindad esta. Esas calles de bloques devastados por las bombas putinianas las hemos visto ya en “El pianista”, algo de Zelenski también en aquel Adrien Brody. Ese tancote que de golpe aplasta y engulle al coche, como en “Tiburón”, ahí se condensa en metáfora todo: Putin contra Zelenski, el espía contra el actor, la brutalidad contra la vida, el soldado ruso haciéndose selfies sonriente ante los lanzamisiles tronantes, el viejo del coche atónito y semimoribundo, la Fuerza contra la Dignidad. Ucrania now, más que noir, renoir, ya te digo.