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martes, 30 de septiembre de 2014

El PSOE a Jorge Javier T5, Sálvame, soy un náufrago



   Que nada menos que el flamante Líder de la Oposición en persona, en una calculadísima operación de Comunicación Política, en horario principal irrumpa en el espacio por antonomasia Rey de la Telebasura supone desde luego todo un Hito… para la mugrienta Telebasura. El “homo gañanis”, el Reinado de la Mugre y las Sociedades de la Telebasura escalan un peldaño más en su penosa consolidación como categorías esenciales a la hora de caracterizar el momento presente.
   
   Si cuando Belén Esteban, “Princesa del Pueblo”, fue oficialmente invitada a saludar a los Príncipes en oficial sarao de Palacio, y así juntos e iguales se retrataron, cabía con ello hablar de entronización de la Telebasura (reconocida su respetabilidad social), el numerito  de Pedro Sánchez, por iniciativa propia acudiendo a ella, aún más alto la encumbra: supone el conferir a la Telebasura el papel clave de Suprema Instancia Legitimante del discurso político. Certificación también, una más, de la nítida regresión cultural: hubo un tiempo en que los responsables políticos, para ganarse respeto y prestigio sociales, acudían a programas de libros.
     
   Se deduce que no deben irle muy bien los sondeos al PSOE para embarcarse en esta estrepitosa estrategia comunicacional, pues nada en el perfil de Pedro Sánchez hacía presagiar semejante show. Es tal el Vértigo socialista ante el fantasma rampante de un tal Pablo Iglesias –que tiene ya guasa la coincidencia del nombre con el del Santo Fundador- que incluso el muy serio Líder socialista, más en James Stewart que en Marlon Brando ahora haya decidido abrazarse a la dudosa femme fatale Kim Novak que en este patético remake representa el multimillonario y exitosísimo Jorge Javier Vázquez.
     
   Está luego lo cuasi pornográfico del happening en sí. En el principio, con motivo (¡¡) del Toro de la Vega, el gran Jorge Javier tiene a bien anunciar en directo a su millonaria audiencia que ya no iba a volver él a votar al PSOE en su pura vida. Entonces va el Líder del PSOE, agarra el móvil y llama al particular de Jorge Javier (Se ve que tiene su número, claro). Que si nunca le van a ver a él en una corrida de toros, que si una ley de protección a los animales. (¿Así se deciden las cosas en el PSOE?). El presentador y los colaboradores muéstranse ahora muy contentos y satisfechos porque el Sec Gral les haya “honrado” (nunca más atinada una expresión, les ha proporcionado reconocimiento, les ha investido de dignidades) con su llamada.
   
   Bueno, hasta tal punto ha resultado providencial la llamada que, para pasmo de todos, el gran Jorge Javier reconoce allí mismo que YA se ha reconciliado con el Partido… y que ahora sí que les votará en las próximas elecciones. Plas, plas, plas. Más el soberbio colofón que el Gran Comunicador a la cosa le pone, con el descarado cinismo tan propio de estos tiempos:
   “… Pedro, te invito… yo tengo un Sálvame Deluxe con un polígrafo que lo hace Conchita… Bueno, no te preocupes que ahora que ya tengo tu teléfono te llamo y si quieres montamos lo que quieras; que tienes los programas a tu disposición… No, no, escucha, que no te dejaría yo venir al polígrafo. Bueno, escucha, si vienes, lo amañamos”.

   Y así, evitando mirar hacia abajo, quedaron semi-enganchados esos James Stewart y Kim Novak del momento. Miseria de la Política… y Política de la Miseria. ¿Y la Telebasura? De zurullo en zurullo hasta el Zurullo Final, oiga, que está que se sale.





(Termina Septiembre, lector. ¿Te gustó la melodía que, músico ambulante de la Ciberesfera, desenvolví durante este mes? ¿Me crees merecedor entonces de que me pidas tú mi libro? Gracias de corazón al puñado de valientes que así lo habéis hecho, por, sin conocerme en persona, valorar e impulsar mi trabajo y mi escritura, por dar alas a este blog, tan importante para mí.)


     

lunes, 29 de septiembre de 2014

Poetastro en Control (y 2)



   No pasó allí ya más nada, absolutamente nada en la siguiente  hora, así es que una vez que se lo hubo pimplado, como un gélido autómata se deslizó hacia la salida del Antro. Cogió su viejo Opel Astra granate, se adentró en la M-40, puso el cd de Dylan que empieza con Hurricane y a moderada velocidad emprendió la vuelta hacia su cubil. Dentro del coche, en marcha ya, arropado por la armónica y la voz beoda de Dylan, una vaga euforia, casi beatífica, lo envolvió. Conducir lentamente en medio de la noche veraniega bajo las estrellas, con las ventanillas bajadas y la brisa nocturna soplándote espliego en las sienes, algo Dylan por ósmosis incluso uno mismo, con la circulación bajo mínimos… hum, esa sensación tan placentera redimía toda la malaventura de la noche. La mandolina de Romance en Durango acariciando además el océano entero y pacífico de la noche… Huuuum…
       
   Entonces, al salir de una amplia curva, las luces intermitentes y azules a lo lejos, la hilera de conos rojos y de dispositivos ambarinos parpadeantes después, que reducían progresivamente los carriles… las luces de freno de los coches que empezaban a detenerse. ¿Qué pasaba? ¿Un buque a la deriva? ¿Un platillo volante? ¿Unas obras? ¿Un accidente?... ¡No!... ¡No!... ¡No puede ser!... ¡No me jodas, por favor! Pero sí, tratábase de un control de alcoholemia. ¡Por favor, no por favor! Sí, era un control de alcohol. No había comido nada además. Se había tomado dos pelotazos, de diferentes bebidas encima, en… en cuánto tiempo… en unas dos horas, sin duda lo encalomarían,  por el amor de Dios.
  
    ¡Ooostras!, y, ahora del todo cayó,  y encima sin papeles, sin Dni, sin carnet de conducir, madre mía, asfalto trágame, por qué a él, y qué pastizal de sanción podría tener todo eso, igual hasta saldría de allí con las pulseras puestas, por favooor, … bueno, a ver, control, un poco de control, no paraban a todos los coches, -le cortó de cuajo la lengua a Dylan borrachuzo, que no se había enterado de nada- igual tenía suerte y al suyo no le tocaba. Le tocaba la lotería de que no le tocaba detenerse, vamos. Va, ponerse ya mucho póker en la cara para el  face to face con el guardia, intentarlo al menos. Uff, qué noche, ni Esperanza Aguirre aquella tarde en Callao; eso lo pensó después.
      
   A ver, a ver… los coches inmediatamente anteriores al suyo estaban ya pasando, con un poco de coña estaba hecho, cruzó los dedos, a ver… ¡Maldición!... ¡Maldición! ¡No me jodas, tío!... ¡Pero si a los demás les acabas de dejar pasar… por qué a mí, pero, pero, …pero esto es increíble… la voz de acero del guardia civil a continuación, Deténgase ahí a la derecha, señormadre mía, madre mía, la que me va a caer, y a qué hora saldré de todo esto, por favor, quién me mandaría salir a mí hoy, de verdad, deeee verdaaaad, y cómo le explico yo lo de los papeles,  jooder, joooder, dios mío, esto es pesadilla, no puede ser.
     
   Ya lo creo que podía ser. En tres pasos el civil se acercó al Astra. Se inclinó contra él para enjaretarle a un palmo el rostro de poetastro panoli y le inquirió: “¿Ha bebido?” No le preguntéis al vate cómo era el civil porque es que no lo “veía”. La voz cortaba, eso sí. Había oído que a los de tráfico, si les niegas de cuajo la evidencia, te hacen trizas entonces. “Sólo una, señor”, y elevó ante el guardia el índice con cara de busterkeaton. “Ponga esto”, y le lanzó al regazo un envoltorio de plástico que bien podía ser el de un preservativo. La bolsita le bailó entre las manos cual pastel recién salido del horno.
   
   Era el pitorro a introducir en el alcoholímetro. El poetastro ni siquiera acertaba a romper el envoltorio, mira lo atacadísimo que iba. Ahora si que estoy perdido, se dijo, abatido del todo por dentro, pensando que el guardia interpretaría su tembleque –semihistérico cuando quería pasar flemático- como palmaria prueba de su “cocimiento”. Tuvo el guardia que ayudarle a desgarrar el plástico. Le señaló la boca abierta del alcoholímetro. “Métalo aquí”. Eso se dice muy bien, cabronazo, pensó, sólo lo pensó, pero su mente, mientras forcejeaba con el adminículo del demonio, era una banda continua con luminosas letras rojas, esas de los supermercados: POSITIVO-POSITIVO-POSITIVO-ENSÉÑEME EL PERMISO-ENSÉÑEME EL DNI-¿TAMPOCO?-TE VAS A CAGAR CHAVAL-COCHE INMOVILIZADO-MULTAZO-MÁS MULTAZO-MÁS MULTAZO-TIENE DERECHO A UNA ÚLTIMA LLAMADA- ESPOSAS-COMISARÍA-MADRUGADA-VERGÜENZA-¿Y EL BLOG?-POSITIVO-POSITIVO… de nuevo tuvo el guardia que auxiliarlo, arrugó el bigote ahora, le espetó entonces: “Coja aire y sople hasta que yo le diga, no deje de soplar”.  
    
   Cómo se puede soplar cuando por dentro estás muerto. Se puede, se puede. El poetastro sopló y sopló –afuera sólo había noche; ni estrellas, ni barcos, ni platillos volantes, ni viento ni cometas, había sólo noche-, sopló dentro de aquel infernal cacharro, globo que no se inflaba… hasta que éste pitó y pitó en alarma intermitente. Ahí lo tienes, cantó ya el soplón, pensó. Con un gesto seco le apartó el guardia de la boca el medidor y se retiró a leerlo. Ahora sí que ya, por completo vacío, extrañamente entregado, corderito a punto de ser degollado, inclinó el poetastro la testuz contra el volante, con los ojos bajos, esperando sólo escuchar la sentencia que diera la orden a la cuchilla de la guillotina… “Puede continuar, tire”, le dijo entonces el guardia civil. ¡No había dado! Reemprendió como pudo el poetastro la marcha dentro de su Opel. Sin música. Sin firmamento. En absoluto silencio. No se lo diría jamás a nadie, pero, a sus añazos, una detrás de otra, incontenibles, le caían por el rostro lágrimas.  




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)



  

domingo, 28 de septiembre de 2014

Poetastro en el Antro



   Había perdido ve a saber dónde la cartera, con el carnet de identidad, el de conducir y la tarjeta sanitaria dentro. La premiosa y odiosa burocracia que a ello le sigue: durante más de ¡cincuenta días! habría de andar por la vida, frente a las exigencias que en la misma pudieran presentársele,  con el escueto folio de la denuncia policial como único salvoconducto. Si acaso a un verdadero creador tamaña desnudez legal en la acreditación de la propia identidad habría henchido de coraje,  hasta afirmarle orgulloso y libre al fin bajo las estrellas,  al poetastro, de golpe un sin papeles, de natural tan inseguro como pusilánime, el percance, como una borrosa merma en el físico ser, igual que le ocurría con cualquier contratiempo doméstico, le apocaba aún más de lo habitual.   
     
   Acumuló no obstante las fuerzas necesarias sobre sí para osar plantarse indocumentado la noche del viernes en el Antro, en esa carnavalada de rebajas sólo soportable a través de la lenta inoculación del crónico gin tonic, que de alguna mágica manera dulcifica aquella bárbara comedieta humana. Ya tras los primeros sorbos en el salón, desde su ángulo oscuro, silencioso y cubierto de aprensión, sí,  algo al poetastro le dijo que no iba a ser esa su noche. No se sentía para nada inspirado allí, con el humor por los suelos y sin poder quitarse de la chola la indocumentación que tanto le amenguaba. No sé quién soy, al revés que don Quijote, era toda la ironía de la que era allí capaz.
   
    En fin, que se estaba terminando ya el gin tonic prescrito, cuando aquella rubia contoneante y altiricona, de paso hacia los baños por aquellos confines, de frente se le apuntó. Llevaba un vestido negro y ajustado sobre la piel paliducha, más un tatuaje vikingo y azul en la zona alta del brazo, donde antes nos ponían a todos la inyección del tétanos. Maldita cinefilia: le recordó a una réplica resultona de la ya un poco ajada Melanie Griffith.  Si la original hallábase, al decir del cuore, en plena crisis-in-love con Banderas el Zorro, el astuto poetastro, venido de súbito a más, urdió que quizás a su difusa réplica otro tanto le pasara, y que fuera entonces esta la oportunidad dorada… para qué, bobolavaina. Bah, son las puras inercias del Antro, que conspiran para que hasta las más sensibles almas hagan un rato el cafre. Y así la interpeló:
    
   -Hola, rubia, mira, estoy buscando personas interesadas en intercambiar opiniones fundamentadas sobre la finisecular novelística rusa del XIX, ¿eres acaso tú una de ellas?
      
   Aquella blonda copia de la Griffith, que ni siquiera había reparado en el poetastro, primero se sobresaltó, hizo luego un gesto de completo desagrado, con la boca y con los labios apretados y muy amargos, y sobre la marcha aceleró, desapareciendo hacia los baños como rubia que más bien buscara un King Kong, antes que un insignificante sátiro de dudosas reminiscencias woodyallenianas. Más daño que el vacío –a ese estaba habituado- fue la mueca de espanto en la rubia desalmada lo que más lo encabronó. Así que, espoleado sobre todo por la rabia, el poetastro se dirigió a la barra y a voces se pidió un nuevo pelotazo, esta vez de Ballantines con ginger ale, hala, mezclando y todo, que no se diga el mosqueo.


    (No acabó ahí la nochecita sin papeles, lector. Lo que luego ocurrió lo dejo para MAÑANA, que quizás las emociones fuertes sea conveniente dosificarlas)



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sábado, 27 de septiembre de 2014

Taconeo de Nuria Roca: aquí estoy yo



     Nuria Roca, qué duda cabe, es otra Gran Comunicadora. Exitosísima en la presentación de programas, ha atravesado triunfal por todas las Grandes Cadenas con muy principales encargos sobre ella asentados. Cuenta con cinco novelas además ya en su haber. No se consigue eso únicamente con un rostro agraciado. Pues resúltase… que escribe también ella un blog. El escritor y bloguero fracasati que en uno vive, deseoso de Grandes Triunfos, se asoma entonces ahí, presto a copietearle la fórmula a los Mejores, a ver si se sacude así en algo el ostracismo.
     
   A ver, el blog de Nuria Roca -"Los tacones de Olivia"- tiene una formal presentación estilosísima, un diseño muy dinámico y pinturero. Con desarmante candor escribió en el Principio: “Yo no quería tener un blog. Esa es la verdad. Había algunas razones de poco peso para no querer tenerlo, pero la principal era que no sabía muy bien lo que era un blog. Ahora sí sé lo que es un blog. O eso creo. Estoy muy ilusionada… Yo tengo 40 años y se nota. Afortunadamente. Y perdón por la inmodestia pero estoy estupenda… Eso sí, os pido que cualquier cosa que queráis aportar, corregir, opinar, discrepar, compartir… lo hagáis con respeto.”
       
   Vale, vamos al contenido. No sé por qué a sus textitos de opinión los llama “El Editorial”. En el antepenúltimo se marcó una redaccioncita sobre el tópico los-ricos-cada-vez-más-ricos-y-los-pobres-cada-vez-más-pobres que incluso a un alumno de primero de bachillerato hubiera sonrojado. Era divertido ese estilito indignado en Presentadora tan galáctica. En el último, sobre la denunciante de la falsa violación de Málaga aseveraba que “me parece un motivo más que suficiente para que esta estúpida hubiera pasado una temporadita entre rejas. Creo que las denuncias falsas no están suficientemente penadas en España, porque no es proporcional el daño que causan con el tiempo de condena”. Fenomenal.
     
   Pero el “editorial” de su blog que ha conmocionado las redes ha sido el penúltimo, el que le dedicó a la presunta corruta alcaldesa de Alicante. Ahí dio rienda suelta Nuria Roca  a todo el poderío de su imaginación argumentativa y expresiva:
     “Aprovecho este blog para confesar que la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, me cae muy mal. Le tengo manía y detesto todo lo que representa. Personalmente no la conozco, he tenido la suerte de no conocerla y aún así me provoca un enorme rechazo. (Piensas, bueno, vendrá ahora la justificatio) … Lo que usted, Sonia Castedo, me provoca es vergüenza y lo que usted representa hace un daño irreparable a la democracia. Y además señala a sus jefes como cómplices si no son capaces de echarla de su partido con dos imputaciones y esas grabaciones grotescas con empresarios corruptos… Yo no sé qué dirán los jueces sobre sus corruptelas, pero para mí usted no es una presunta choriza, es una choriza sin paliativos… Pues eso, que esta señora me cae muy mal. Y espero que se haya notado”.

   
   Así, con esa finezza se escribe en los más renombrados blogs de los más ilustres Comunicadores Patrios. 126 Comentarios al post en el blog. Y más: 193.000 followers en TW, mientras sigue ella sólo a 195. ¿Estupenda, dices? Estás soberbia ahí, Nuria. En puro Larra, te digo ya. ¿Y el gustazo que debe dar el ser una CELEBRITIE  y ponerte a escribir lo que sea y como sea, qué? Ha habido siempre clases, envidioso bloguero fracasati




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viernes, 26 de septiembre de 2014

Gallardón, que es un caso



   Que es un caso Gallardón… de suma decepción. Pocos Faraones nos habrán desencantado tanto. Pocas Estrellas tan prometedoras habrán errado tan desorientadas y estrepitosas por el firmamento ministerial. Ahora que Rajoy con desabrida crueldad lo liquidó –Rajoy resulta durísimo… sólo con los de su partido, otro caso él es- promete Gallardón abandonar la Política. Quizás, como en el cuento de Pedro y el lobo, sea esta vez la de verdad y no le creamos. ¿Qué se hizo de tan extraordinarias cualidades persuasoras, en qué andurrial se extraviaron tan brillante razonar y aquel sutil arte de ganarse a las audiencias, casi el único del PP que sabía de lo lindo hablar, tan notables dones los suyo que parecía por los mismos llamado a lo más alto del gobernar?
        
   Cuando Mudito Rajoy lo llamó a su vera ministerial pareció a todos la inmejorable rampa para su lanzamiento. Con todo lo que el Gobierno tenía y tiene que explicar –si en un mínimo entiende las pautas elementales de la Comunicación Política en las sociedades modernas, si de hacerse entender por los ciudadanos se trata-, quién mejor que Gallardón hubiera desempeñado esa labor. Era además el líder derechista menos odiado por el Mester de Progresía. Silencio, de portavoz, Nadie.  Lo confinó a Justicia, él lo aceptó,  y desde ese mismo momento los increíbles yerros de Gallardón disparáronse sin fin.  
     
   Primero aquella inconcebible frase suya, como una suculenta tarta regalada a la oposición: “Gobernar, a veces,  es repartir dolor”. Luego las Tasas Judiciales, tan mal explicadas. Aquellos impresentables indultos a políticos corrutos y a temerarios delincuentes después. El clamoroso incumplimiento de la promesa electoral para que los miembros del Consejo General del Poder Judicial fueran elegidos por los propios jueces, es decir, la traición a la posibilidad de una justicia más independiente. El embarcarse, precisamente él, que dábaselas antes de progresista y Defensor de PRISA,  en la redacción de una ley del Aborto maximalista, sin esperar siquiera la sentencia del Constitucional a la ley del aborto express de Aído.
   
   Y sobre todo su sistemático silencio en el gobierno, su escasa disposición en los media a defender los principios que mueven a los liberal-conservadores, su perfil plano y romo, el abandono de sus habilidades discursivas y comunicacionales en público que eran las que en gran manera le habían hecho descollar. Pareciera, por el contrario, que se hubiera obsesionado en buscar, obediente y mudito también él, el dedazo de Rajoy que como sustituto le nominara. A ese servilismo fió con poco olfato su suerte para que al final Rajoy, cruel sobre vil, así lo maltratara, dejándolo tirado. Menudo galardón le endosó.

     
   Faltaba ya sólo en el epílogo del cuadro “Gallardón”  la frikitona Villalobos, nada menos que declamando que la Caída de Alberto era “el Triunfo de Rajoy, de las Mujeres y de todos”, de los chóferes le faltó decir, como si fuera ella una borroka de CC OO, que por cosas mucho menos graves en frenopáticos internan a diario a personas en nuestro país. Se consumó, así de penosa, la decepción de Gallardón.




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jueves, 25 de septiembre de 2014

Wyoming, el Odio puro y el puro Odio

    


   Ha concedido Wyoming 21 Pisos, la esperanza ricachona e inmobiliaria de los oprimidos del mundo, una entrevista a El Mundo de esas que de veras muestran el fondo de las personas, el entramado moral que a uno le sustenta, los valores humanistas que a ese nobilísimo corazón de verdad mueven:
    “Yo odio a mucha gente… a los que joden a los ciudadanos… A veces en sueños soy un poco terrorista”.
       
   En vista de tan altruista declaración de principios, el sabio periodista le da palmas y todo, le hace la ola, la coda y la bola: “Mañana más, pero no mejor, porque es imposible”, va y le escribe. De manera que ese estiércol, el Odio y el Terrorismo, su expresa y confesa declaración, es el humus mental en que se reboza, encantado de conocerse y exitosísimo, uno de los mayores referentes sociales de la izquierda… ¿progresista? ¿eso es progreso? Progreso es lo que ellos digan, vale.
   
   Esa abierta y orgullosa reivindicación del Odio cerril, objetivamente propia de una Izquierda Ultra… y forrada, es el mensaje y la lección summa de Wyoming el Odiador que en El Mundo en contraportada difunden. ¿Lo jalearían igual si ese mensaje de odio africano proviniese de alguien de derechas? Y tanto Odio y el sueño de causar Terror… ¿en boca de un humorista nada menos? Humor cervantino, sí. Merecedor de otro Pisazo más para él, desde luego.
   
    Más el delirio automasturbatorio habitual en Wyoming: “Yo tengo un sentido de la justicia que otros ricos no tienen. Los ricos creen que lo son por la gracia de Dios. Yo no”. Es él un Rico bueno, claro, la sal de la Tierra. ¿Rajoy? “Tiene una psicopatía”, por supuesto. ¿Esperanza Aguirre? “Tiene una crueldosis”. Ja, ja,já, qué tío, oyes. ¿Susana Díaz? “No sé lo que tiene”. Ahh, pillín. Y así uno tras otro los palominos guayominos.

     
   Un par de pellizquitos guayominos también para los Podemos, “han trabajado para Chávez y ahora reniegan, yo no… Pablo Iglesias tiene el síndrome de Peter Pan”, en la línea de los Sabina, Willy Tó y cía, que ven los millonettis de la Izquierda Dura que puede esa banda desplazarles en su privilegiado status en el Sistema… criminal, ya te digo. Son los de Wyoming -la gente suicidándose por no tener uno y 21 pisos él solito, ni uno sólo okupado, dime si no tiene eso gracia- los pisos del Odio.  Tanto ODIO se le agota a Wyoming en el costado, que a odio le huele hasta el aliento. 



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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Lección Magistral de Monedero padre a Monedero hijo




   Todos recordamos, creo,  aquella impresionante película, “En el nombre del padre”, en la que Jim Sheridan, con el terrible problema del Ulster por medio, mostraba de manera conmovedora la historia del encuentro, respeto y admiración al que finalmente llegaban un padre y un hijo a partir de la más desoladora incomprensión mutua.  Me la ha recordado la sabrosísima entrevista que para El Mundo (14-9-14) ha realizado Rodolfo Ullate al progenitor del Número 2 de Podemos, Juan Carlos Monedero. Así, el periodista revela la elocuente dedicatoria que el hijo, izquierdista radical, estampó de su mano en el ejemplar de uno de sus libros que regaló a su padre: “A mi padre, a pesar de todo”.
       
   Desde las casi antípodas ideológicas de uno y otro, se deduce de la entrevista la contraposición entre las lecciones que procuran la experiencia y la vida, basadas en el conocimiento real y vivido de los hechos y las personas, frente a la descarnada sapiencia teórica, fruto exclusivo del laboratorio, que se mueve tan a gustito a base sólo de abstracciones. Y es que el padre del revolucionario ideólogo Monedero -el mismo que pide un tribunal popular para Vargas Llosa- oh, sorpresa, es militante, y de-los-que-pagan-la-cuota-de-toda-la-vida de la Derechona española, contumaz fan para más inri de Esperanza Aguirre y de Jiménez Losantos.
     
   ¿Un desalmado explotador entonces el padre de Monedero, deseoso de pisarle el cuello a los obreros? ¿Uno de los chupasangres sin alma de la Castuza? Un tío mil veces más trabajador que su sermoneador hijo. Tiene un bar en el distrito madrileño de Moncloa. Su historia, por otra parte la misma de millones de hombres rectos y laboriosos que con su esfuerzo procuraron una vida mejor a los suyos, que mejoraron también lo que les rodeaba:
   “Empecé a trabajar a los 11 años en Gijón, en un negocio de alimentación. Desde entonces no he parado. He vivido en Salamanca y en Madrid y en esta ciudad he criado a mis seis hijos. Ninguno ha querido trabajar conmigo y lo entiendo. El negocio de la hostelería es muy esclavo. Mi mujer falleció en 1992 y aunque mis hijos eran ya algo mayores, los saqué a todos adelante. A todos mis hijos les he criado igual. Me ayudaban, pero yo no cedía a sus caprichos. Juan Carlos sacaba unas notas estupendas. Todo sobresalientes. Y siempre ha estado becado.”
   “Yo no soy franquista. Pero sí entiendo a Franco y le respeto. Yo he vivido cómo, durante el franquismo, se transformó radicalmente este país y pasamos de los 100 gramos de lentejas de racionamiento a ser la novena potencia industrial del mundo… Yo le digo, Juan Carlos, ¿a cuánta gente necesitada han dado de comer CCOO y UGT? A nadie. Sin embargo Cáritas da de comer todos los días a decenas de miles de personas. Y respecto a las dictaduras, que todas son malas, hay que diferenciar entre las de izquierdas que arruinan un país y las de derechas que son mejores porque permiten la iniciativa privada. Yo durante el franquismo trabajaba 20 horas todos los días de la semana… Si tuviera que elegir entre Esperanza y mi hijo, ¿por quién votaría? Optaría por la abstención para no hacer el feo ni a Esperanza ni a mi hijo… ¿Si mi hijo fuera alcalde de Madrid? Pues que haga todo lo contrario de lo que dice el programa de Podemos respecto a la subida de impuestos. Tendríamos que volver a los tiempos de Franco cuando apenas se pagaban impuestos. Aquí el PP nos ha subido todos: basura, IBI, multas, aparcamiento, circulación… sólo faltaría que ahora llegara mi hijo y nos los subiera todavía más”.  
     
   Pues de ese padre humilde y trabajador como pocos, con sus ideas, más fruto de su práctica y observación de la vida que de farragosa teoría alguna, viene Monedero, el exégeta profesor universitario del leninismo amable, aúlico asesor durante años del déspota golpista Chávez. Poco represor y menos aún intolerante adoctrinador ideológico de sus hijos debió entonces ese padre ser, pues a la vista está. Pero el caso de los Monedero, familia conservadora de la que brotan vástagos superizquierdistas, es  muy habitual. Históricamente ya lo es. Decía Francois Furet que “el sentimiento anti-burgués se alimenta de fuentes externas (obreros, aristócratas), pero también internas: a menudo nutre el conflicto padres-hijos. En el corazón de la pasión antiburguesa se encuentra el remordimiento constante del burgués a su mala conciencia”.

   
   ¿Conoces tú muchos casos en los que de una familia izquierdista broten preclaros miembros liberal-conservadores? ¿Entre las Celebrities del Progrerío también? A Víctor Manuel y Ana Belén, por decirte alguien, les sale un niño públicamente defensor del PP y vamos, se abren las venas. Antes de colocarse el disfraz del “leninismo amable”, por ver si así pillan más votos, los ideólogos sumos abríanse mucho de pecho reclamando “guillotinas” contra los opresores y demás barbaridades contra los partidarios del liberalismo. ¿Sería capaz Monedero de aplicar esa medicina a su propio padre, tan tan fascistón?





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martes, 23 de septiembre de 2014

La tarde en la que Pedro Sánchez, el 1 del PSOE, se hizo seguidor mío

   


   La tarde transcurría serena y plácida, como un río rumoroso hacia el adriático de la noche pre-otoñal. Las sombras iban dándole sucesivos jaques a las luces tras los cristales. El viento refrescaba las altas copas de los árboles. Tenía que salir enseguida a despachar una gestión y hacía tiempo leyendo por encima… la nueva de la insólita intervención en directo del flamante Líder de la Oposición en el espacio rey de la Telebasura, el Sálvame. ¡Era sensacional! Me dije de inmediato: Ostras, la importancia de llamarse Jorge Javier. ¡Y luego éste, multimillonario y exitosísimo presentador, anunciando a su también millonaria audiencia que, gracias a la llamada, se había reconciliado él con el Partido y que le iba de nuevo a votar en las próximas elecciones! ¡Menudo profesional! La importancia entonces de llamarte Pedro Sánchez, redondeé.
    
   Por supuesto, tratábase de una tan aparatosa como meticulosísima estrategia de comunicación que de casual nada tenía, así es que decidí sobre la marcha poner en circulación un tuit mío que así lo reflejara, y yaque, enviárselo también a él. Total, jamás te contestan:
     -Pedro Sánchez PSOE en directo convence a Jorge Javier T5 de que vuelva a votar al PSOE.
      Pedroooooo… esos numeritos, qué ful!
      
   Una golondrina trenzó una elipse virtual tras los cristales en la vertiginosa atardecida. No había pasado un minuto cuando el ordenata con un destello me anunció que tenía una notificación del Twitter, ese río embravecido. Lo abrí y… ¡voilá!... ¡Allí estaba Él! Mejor dicho, estaba el recuadro con su imagen sonriente, su rostro anguloso, vagamente marlonbrandiano. Más su leyenda: Secretario General del PSOE. Padre. Doctor en Economía. Profesor universitario. Embarcado en una aventura tan apasionante como necesaria. Y arriba otra sensacional nueva: ¡Pedro Sánchez te sigue ahora en Twitter!
    
   Nunca unos signos de exclamación más justificados, vive Dios. ¡Ser el muá uno de los 5.463 a quienes él sigue! De inmediato decidí a mi vez seguirle, uno más entre los casi 71.000 que a él lo siguen, como por otra parte, en justa correspondencia con todo el que me sigue, yo hago. Y pensé más: verás cuando vea y lea el que le lleva el TW a Pedro Sánchez el liberal peligroso al que se ha metido a seguir, dónde me va a mandar. Pero de momento, jubiloso cual golondrino con nuevo trino, corriendo que acudí al TW a contarlo a cuántos allí me siguen:
        -Señoras y señores, no me lo puedo de creer: tras mi último tuit… ¡¡¡Pedro Sánchez me sigue!!! ¿Por cuánto tiempo?
    
   Unos cuantos seguidores enseguida me contestaron, e hicimos, felices y aéreos, unas cuántas bromas sobre el asunto. ¡Era un notición para este escritorzucho fracasati! Y mucho deseaba yo columpiarme un poco con el mismo sobre las olas del río Twitter pero…, porca miseria, tenía ya sin falta que largarme al asunto que me aguardaba. Qué lástima.
     
   Llegaron la noche oscura y sus estrellas, y en la piltra esto deliberé: A ver, tiempo habrá de hincarle el diente crítico al tremendo “numerito” que Pedro y Jorge Javier, Jorge Javier y Pedro, que tanto monta que monta tanto, entrambos en el prime time de la Telebasura se fabricaron. Seguro que recuerdas, lector amigo, que el mismo episodio de seguimiento a mi nula persona en el TW ya me ocurrió de parte de Eduardo Madina, de Carmen Chacón (con ella durante horas sólo), de algún diputado en Cortes socialista también, y con más Prohombres y Promujeres de la Izquierda que no es cuestión de citar ahora aquí. Sé de sobra que es cosa de quienes les llevan el TW, quiero decir. Sé que sobre todo lo hacen, en sibilina maniobra de “community manager”, para “neutralizarte”, en la medida en que se espera de la anónima hormiguita distinguida con la elección de uno de los Grandes, el que sea ésta condescendiente con aquél por entre todos haberle elegido. Tratan de ganarte con ese “premio”.
   
   Pero es además, me parece, la muestra de un interés, la prueba de que de alguna manera te tienen en cuenta y de que al menos a algo les movió tu tuit, y más allá de mi ombligo, la demostración de cómo los responsables políticos de la Izquierda española toman en serio y consideran la importancia de las redes sociales y de lo que en ellas se cuece, y de cómo se las trabajan. Digo lo mismo que en los otros casos dije: escribiendo día tras día el muá en claves liberal-conservadoras, defendiéndolas y difundiéndolas incluso a pesar de amenazas de muerte en las redes, resultan profundamente desalentadores la atención y el reflejo que de lo tuyo de importantes responsables socialistas recibes, en contraste con el absoluto vacío, silencio y desdén que los líderes y personalidades de la derecha española –que también desde las olímpicas alturas sobre el TW gravitan- me dispensan.
     
   Y de nuevo con ello la desoladora certidumbre de que, egoístamente, a mí y a mi pobre libro mucho mejor nos iría de hacernos los dos especímenes suavemente progresistas. A la persona que le lleva las redes a Pedro Sánchez  aquí le digo: gracias. Y si deja de seguir a esta insignificancia que aquí escribe, le soltaré lo mismo que en aquella peli, lo mismo que le dije a Carmen Chacón: fue maravilloso mientras duró. Eso sí, de la misma manera, raudo correré a contarlo a los valientes que me siguen.

   Y fue eso todo, amigos.



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es

“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

lunes, 22 de septiembre de 2014

Asignatura pendiente (y urgente) de la democracia española

    


        Ésta es: enseñar a los españoles, a sus ciudadanos, a apreciar España, a tener en estima su legado histórico y cultural, excepcionales en la Historia de la Humanidad, que merecen memoria y defensa, y a valorar la apuesta constitucional por una convivencia integradora entre personas libres e iguales en derechos.
     
    Después de más de treinta años (dos generaciones al menos) malviviendo en ese vacío simbólico, inaudito en cualquier otro país del mundo, insertos al contrario en la lógica centrífuga, ombliguista y desintegradora de las funestas autonomías, que sólo exacerban las diferencias e impiden de raíz en sus ciudadanos cualquier conciencia superior de lo mejor que por encima de los particularismos nos une, resulta casi milagrosa la persistencia de la nación española. ¡Qué pesar por ello no expresarían hoy los grandiosos hombres de la Generación del 98! ¡Cómo necesitaríamos hoy Unamunos-Machados-Azorines-Barojas-Maeztus-Valle-Inclanes-Ganivets , si con sólo invocar y pronunciar sus nombres nos sentimos mejor ya!

     
   Cómo no rendirse entonces primero ante cada uno de los que resisten, y sufren el menoscabo social de su persona en ambiente tan aciago, cómo no inclinarse ante cada uno de los que contra viento, marea y humareda, en Cataluña y País Vasco sobre todo, aguantan, durante más de 30 años ya, las sistemáticas embestidas de la inmersión separatista, que querría ver  España, el proyecto de convivencia que el mismo alumbra, descuartizada. Cómo no agradecerles su coraje, cómo no rendir honores a su entereza, tan ejemplares.



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)




domingo, 21 de septiembre de 2014

Caminaban hacia el colegio

   


    No, no eran hermanos. Eso se notaba enseguida en su accionar. Se conocerían del barrio, acaso es que iban a la misma clase. El chico, moreno, que sin parar manoteaba festivo y un poco teatral venga a explicarse a pesar de llevar estampado el madrugón en la cara. La muchacha a su lado, algo rubio su pelo liso y con horquillas de colores, con una carpeta dispuesta a modo de escudo sobre el torso, silente, seria, ya con ese aire de reservado misterio que adquieren naturalmente las más de las chicas al crecer. Discurría la secuencia de una película no escrita entre ellos. Entre hermanos no hay una película, se da un documental todo lo más. ¿Qué tendrían once, doce, años? Me parece que ya no sé calcularles bien esa edad. Por ahí andarían.  Tenían similares las estaturas.
    
   Era una mañana de septiembre y, aunque no hacía mucho que había despuntado el día, diríase que el verano fingía desconocer su final y bañaba la cosas con su luz alborozada. Qué podían hacer los gorriones del barrio, salvo alborotar más la mañana con sus trinos gongorinos. La pareja, con la mochila a la espalda –más la carpeta de la chica al pecho entre los brazos cruzados- caminaba lentamente por la acera hacia el colegio cercano. No llevaban prisas. Les sobraba el tiempo.
     
     El chico, con chaqueta azul marino, suéter granate, marengos pantalones cortos y calcetines granates, no dejaba de aspear las manos, girada la cabeza hacia ella, como si le desentrañara algo trascendental, puede que el suceso de una clase o el traspié de un profe nuevo. Se afanaba por concentrar el interés de la muchacha, por incluirla en el círculo que dibujaban a veces sus brazos. Ella, polo granate, falda a cuadros tableada, altos calcetines granates, asentía con monosílabos, le atendía, sí, pero a la vez miraba a menudo circunspecta al suelo,  como enfriando el entusiasmo del chico, manteniendo así una distancia de mayor madurez.
      
   En la mañana radiante componían los dos una estampa preciosa. ¡Cuánto porvenir, celeste y puro como el cielo inmenso que arriba reinaba, abriéndose de par en par ante ellos! ¡Qué ilusión tan nueva por las más pequeñas cosas latiendo con fuerza en ellos! Paseaban hacia el colegio: era uno de esos plácidos primeros días de cole que se van en presentaciones y reencuentros sólo.
       
   Entonces, premonición del Otoño, de una de las acacias que flanqueaban su marcha, balanceándose, una hoja de buen tamaño fue a caer, posándose en ella, sobre la cabeza del chico,  descabalándole de golpe la facundia. Pareció él paralizarse con la hojaza sobre la cabeza delante de la muchacha. Al verlo así, como con un emplasto caído de las alturas que le chafara el meticuloso peinado materno, confuso y atribulado además, de pronto estalló la chica en una involuntaria risa, aunque enseguida ella misma, de puntillas, del melón le sacudió la hoja al suelo.

      
   Bueno, se miraron sólo un instante, del todo inexpresivos, y reanudaron sin mácula ya de Otoño el paseo hacia el colegio. Fue como si se restaurara así toda la armonía estival de la mañana. Les sobraba el Tiempo. Y el muá, que desde el semáforo en rojo contemplaba la escena, se sonrió también entonces y se dijo, esto tengo que contárselo yo a mis amigos en el blog, sí o sí. 



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sábado, 20 de septiembre de 2014

El nacionalismo nunca pierde, desengáñate

    


    Podrá todo lo más, cuando la Voluntad esa del Pueblo que tanto ellos idolatran les arrea, como ahora en Escocia una buena coz en todos los morros, concederse una tregua.  Se darán un respiro, mirarán al tendido, llorarán un poco la escaramuza perdida… y pronto volverán al incansable raca raca de las andadas. Llevan, claro, grabada a fuego la V del Victimismo en el ADN ideológico y, si en las victorias brincan, en las derrotas se regodean en la pupa de la herida. Intuyen que la batalla de fondo la tienen ganada, que el Tiempo juega sólo a su favor.
     
    Incluso siendo estrepitosamente derrotados, como ahora en Escocia, nada definitivo pierden y algo arramplan siempre en el envite: fue necesaria la completa unión de los partidos nacionales británicos… y la promesa de importantes concesiones a las élites nacionalistas hacia la federalización del país para poder doblegarles. Con la inmersión lingüística, con la educación para la perfecta ciudadanía nacionalista, con las televisiones públicas y los media locales a su mando, con el control de la hipertrofia burocrática que les es connatural, es decir, con los resortes decisivos para la fabricación de las conciencias en sus manos, saben que es sólo una cuestión de tiempo.
     
   Sobre todo cuando enfrente hay NADA, ninguna otra cosmovisión simbólica que se le oponga, un fantasma en ruinas económicas y espirituales. Los viejos Estados, cuarteados por la globalización económica y por la pavorosa crisis económica y fiscal, como agua de mayo necesitan revitalizar y reimpulsar sus procesos legitimadores de “nacionalización” de sus ciudadanos, o más tarde que pronto se disolverán como azucarillos en la marea de los nacionalismos raquíticos, que ofrecen una emocionante salida falsa, un atávico regreso a la Tribu, a quienes, presas de la angustia y la desesperación a causa de los graves problemas del desempleo, creen que peor ya no puede irles.

     
   ¿Adónde casi con plena seguridad se encaminaría una Europa de 200 “estaditos”? Si ya una Europa de 27 resulta inmanejable, ese mosaico de particularismos, esa Babel de aldeanías resultantes, ese ascenso de las emociones tribales, es casi seguro que sólo podrían conducir a la guerra. Con tantas emociones al ciudadano se le ha olvidado lo más específico que le constituye, la razón, es decir, la memoria, la Historia. 



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