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jueves, 12 de agosto de 2021

SILVIA NAVARRO, DE NUEVO

 


HACE CINCO AÑOS... YO ESCRIBÍA DE SILVIA NAVARRO, ¡QUE HA VUELTO A DESLUMBRAR EN LAS RECIENTES OLIMPIADAS! ¡BRAVA!...

ME QUEDO CON SILVIA NAVARRO, LA ARQUERA DE LAS GUERRERAS, CON SU HISTORIA
Que si Phelps por aquí, que si Phelps por allá, los rutilantes "figuras" del Spanish journalism andan de las tripas estreñidos ante el hombrón yanqui de las piscinas climatizadas. ¡Help!, digo yo, que me quedo mucho antes con Silvia Navarro, la indómita portera de las españolas Guerreras, si de elevar a la Heroicidad a alguien de las Olimpiadas se trata. Silvia Navarro no es un sex simbol, está claro eso. No persigue tampoco los focos. Es en apariencia cosa muy poca, diríamos, una mosquita… vivísima. Ya se precisa un arrojo que no está en los escritos para profesionalmente dedicarse a ser portera de balonmano. Exponer la mayoría de las veces el cuerpo y la cara ante los balonazos como coces contra ella disparados por tiparracas capaces de levantar un toro en brazos y de un puñetazo matarlo luego. ¡Pero hacerlo además con el menudísimo cuerpo que ella dispone y alcanzar, entre colegas como torreones, la cima mundial en ese desempeño, es mérito sólo de alguien soplado por los mismos Dioses del Olimpo que sobre todo se lo ha currado de lo lindo. Voilá las MEDIDAS de SILVIA: 166 centímetros, 37 años, 60 Kilos escasos, con esos inverosímiles títulos partía Silvia Navarro para estos Juegos. En todos los Campeonatos de largo es siempre ella la cancerbera más bajita de todas. Una portera, perdóneseme, con un físico de portera… de comunidad. ¿Se valora entonces en su justa dimensión la excepcionalidad de su mérito? La elasticidad de una gata funambulista, la valentía de una heroína irreal, la intuición de una matemática genial, la concentración de una desactivadora de bombas, la constancia de una hormiga tesonuda, he ahí sus forjados poderes. Qué gran libro no podría escribirse sobre la historia de Silvia Navarro, sobre su férrea vocación, el duro peregrinar de equipos en que hubo de verse, la cuesta arriba que siempre se vio obligada a superar y con creces, siempre marginada ante porteras mucho más físicas que ella, por más que todas las pruebas en los entrenamientos lo mismo siempre sentenciaran: la más rápida, la que más salta, la que más resiste entre todas, Silvia Navarro. ¿Phelps? Excusse me, help me, que de lejos me quedo yo antes con Silvia Navarro, muy Grande entre las grandes.
#LeerLeerLeerEsUnGranPlacer Mis 111 Rosas -301 pgs, humor, aventuras, sentimientos, 10 e envío incluido- son como un hermoso sueño. Contáctame.

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