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viernes, 19 de noviembre de 2010

Ken Follet, Juan José Millás, yo mismo


       
       Abramos de nuevo de par en par la cibernética Gran Ventana, asomémonos otra vez un instante a la interespacial Eternidad, llenémonos de estelar oxígeno los pulmones y lancemos entonces de nuevo a esta inmensidad nuestra voz desesperada… ¡KEN! … ¡KEEEN! … ¡KEEEEEN!, por si diérase el caso de que una extraña conjunción de astros obrara el prodigio y llegara mi reclamo a los egregios oídos de Mr Follet just a minute, el tiempo necesario sólo para decirle que gratis et amore le acarreo yo nuevo material sobre la intelectualité hispana, mucho más morbosa y fabulosa que la interminable trilogía por Usted proyectada.
    
     Tráigole yo hoy relación del muy insigne Juan José Millás, galardonado y afamado escritor donde los haya, que casi sonrojo da el recitar las credenciales interminables de sus éxitos: Premio Nadal, Premio Primavera, Premio Nacional de Narrativa, y, claro, Premio Planeta también,  por citar sólo algunos y no abrumar a las mismas estrellas con el lustre de sus prestigiosos entorchados. Es un galáctico de nuestras letras, Señor. Acaso habrá que ir pensando también en levantarle en vida alta estatua también a él, y emplazarla en la misma calle de Ferraz esquina con Gobelas, por razones que pronto habrá usted de entender.
    
     Con no ser moco de pavo todo esto, tengo para mí que el verdadero triunfo, la distinción que a uno de verdad ha de ensancharle de veras por dentro, y hasta llenarle de paz y de música celestial el hondón del corazón, debe hallarse sin duda en que pongan de uno, como es el caso de Millás, en la biografía de la Wikipedia –la Enciclopedia de estos días aciagos-  estas sin duda más que divinas palabras en las que cífranse la clave de su Gloria enorme: “ Empezó a colaborar en la prensa con gran éxito, nacido de su imaginación y de su insobornable compromiso con los desfavorecidos, de suerte que dejó el empleo en el gabinete de prensa de Iberia y ahora vive del periodismo y de la literatura”. Ahh, lo que debe a uno estallarle por dentro, sr Follet, al de sí mismo leer cosa así. El insobornable compromiso con los desfavorecidos, ahh.  
    
     Columnista habitual además en el más principal de los diarios españoles, asiduo colaborador de las más prestigiosas emisoras de radio, reportero y entrevistador de muy alto postín de los humildes –si hemos de creer a Millás- gobernantes socialistas,  ante los que él un poco se derrite para a cambio extraerles un muy preciado jugo que redunda en siempre renombradas declaraciones. Repasemos su mérito indudable: a De la Vega le sonsacó la increíble historia de su padre perseguido; de Rubalcaba, ministro todavía, le fascinaron los movimientos “un poco hipnóticos de sus manos”, y, quizás por eso un poco hipnotizado, le preguntó (junio de este año):
-¿No aspira a ser Vicepresidente?
Y respondió entonces Rubalcaba, con la Verdad siempre en los labios, que es él incapaz de mentir, que se lo prohíbe su código genético, si de sobra lo sabemos:
-Me hace mucha gracia cuando dicen eso. ¡Dios mío, volver a la Moncloa! Ya estuve allí y NO quiero volver.
  Ante Felipe G en el propio texto reconoce Millás que el exponerse a su plática le provocó “un estado hipnótico que anula casi todas tus capacidades”, pues debe, a lo que se ve, tener mucho el socialismo CINCO ESTRELLAS de suspensión del juicio… y de insobornable compromiso con los desfavorecidos, claro.
   Zapatero, en cambio, se adelantó a Millás y fue el Presidente quien al Escritor preguntó… “que si es muy difícil escribir un reportaje… con un gesto (en la pregunta) de estar a la escucha que me conmueve, de modo que empiezo a mostrarle mi cocina… con una sensación insoportable de cazador cazado” (así lo transcribe el Escritor, como al despertar del sueño conmovedor).  
    
     Convendrá conmigo, sr Follet, en la apasionante peripecia de Millás frente a los Grandes Hombres, y Mujeres, claro, de la Monclovita gobernanza. Es de todas ellas quizás la interviú a González en la que Millás, sólo preguntando, y eso lo hace con arte, más nos habla de sí mismo, porque le encasqueta (en realidad NOS encasqueta, que González las da la vuelta y se queda tan pancho) tres preguntas que son tres puñales a las conciencias, que son como un estruendoso do de pecho en tres actos con el que el Escritor se planta frente al mundo: ¿cree usted que hay alguna posibilidad de que los seres humanos se puedan relacionar en una estructura distinta de la del mercado? ¿estamos viviendo un totalitarismo del mercado? Se está pagando con nuestros impuestos una crisis que no hemos provocado nosotros ¿No es como para TOMAR LAS ARMAS?
    
     Dígame, sr Follet, si no debería al menos darle un poquito de vergüenza el arrojar esos dramáticos aspavientos (enalteciendo casi el terrorismo, hace falta valor) un tan insigne miembro del establishment y de la multinacional prisaica. ¡Un ganador del Planeta, que cien kilos se llama el invento, más lo que en sí significa el premio ése, llamando a “tomar las armas! Pero luego, sr Follet, recapacité. Recordé la magnitud enorme del éxito en Millás, el orden refulgente de su nombre. Este es, me dije aquiescente, el air du temps: el de los heroicos millonarios progres que odian el Sistema que a ellos por encima de la Humanidad entera encumbra.
     De forma que, Ken, please, hágale caso a este don nadie, y si quiere en su nueva novela reflejar el espíritu cierto de este tiempo, abandone su letárgico proyecto y escríbale a Millás, a Almudena, a Dragó, a tutti quanti, la novela ejemplar que ellos, insobornables a más no poder, se merecen.  
    

3 comentarios:

Ángeles Hernández dijo...

La intelectualidad española!!!

Haberla hayla, querido José Antonio y yo, a mi manera, la clasifico básicamente en tres apartados:
_Los guay: que no son tan tontos como dicen sus detractores ni tan fantásticos como supone la propaganda. En la cresta de la ola algo tienen, pero no tanto ni tantos.
_Los malditos: Generalmente antisistema (actual soe), tachados de fachas. Tampoco están todos los que son ni son todos los que están, me refiero a intelectuales.
_Los silenciosos: Que como no pertenecen a ningún grupo de poder no son vistos ni por guais nipor malditos. Son muchos y en general solo conocidos en su círculo.

Más o menos, aunque ya sabes que los esquemas son siempre inexactos.

Un placer leer y pensar sobre tus escritos , un abrazo Á.

César dijo...

No volveré a votar a ningún político menor de 55 años ni leer a escritor alguno que no lleve 55 muerto.
Eso me concederá la tranquilidad de poder reirme a diestra y siniestra. Sin influencias. Con lo cual los músculos se fortalecerán simétricamente y mi mano derecha levantará tanto peso como mi mano izquierda. Sé que está usted esbozando una sonrisa irónica, porque lo considera imposible, pero lo intentaré. Je. En el medio está la virtud, sin que tenga ello connotaciones eróticas, no sea mal pensado.

José Antonio del Pozo dijo...

-Angeles:guays,malditos y silenciosos. Muy bien, buena taxidermista. Gracias por leerme, por pensarme, y por decirme LO. Otro abrazo.
-Cesar: me recordó su comment, fino, as usual, a los 55 días en Pekin, que hoy serían, fíjese la traducción, nueve semanas y media, tan-tan-tan-tán, con connotaciones de esas todas