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martes, 10 de mayo de 2016

Por qué Deuda y Déficit no cesan

    


   Los mantras de todo a cien de la Izquierda Hiperdemagoga infaman de consuno a los liberal-conservadores gobernantes como crueles ultraliberales-austericidas-genocidas, cuando la estricta realidad es que la Deuda Pública no deja de aumentar y aumentar, (es decir, de transmitir cargas a las generaciones futuras) y el déficit del Estado no acaba jamás de atajarse, como la propia Comisión Europea acaba de recordarnos. Pasa aquí y pasa en parecida manera en todo el mundo desarrollado.   Es decir, más allá de las etiquetas infamantes, en cuyo uso y abuso la Izquierda Hiperdemagoga es tan perita como adicta, son en la práctica, los gobiernos, socialdemócratas todos. Ese es el Canon… mientras la Cosa aguante.

   La razón es estructural y  bien sencilla a la vez: si gestionas bien las cuentas públicas, si las cuadras de verdad y no gastas más de lo que recaudas -para lo que deberás sin miramientos podar la jungla de intereses creados con que se confunde el presupuesto público-, es decir, si pones a la economía basada en la libre iniciativa en la mejor disposición para un crecimiento sano, duradero y autónomo, que haga a los ciudadanos responsables de sus acciones y de sus elecciones, como eso atenta contra el clientelismo y el abusivo asistencialismo tras el que se oculta el filantrópico rótulo del Estado del Bienestar, si haces eso, amigo mío, no te vota ni Perry Mason. (CONTINUARÁ)
Aquí arriba, si lo pinchas, el vídeo con Alfredo Urdaci valorando en su Telediario mi libro: 
   “Son las historias de Armando, un cuarentón al que le ponen la maleta en la puerta de casa y tiene que recorrer de nuevo el camino de lo sentimental. Descubre que es un minusválido del sentimiento, un hombre al que todo le sale mal, un paria del afecto, un hombre patético al que todo le sale al revés. En lo que le pasa hay también una gran carga de ironía y de crítica hacia el mercado de los sentimientos, hasta el punto que uno acaba sintiendo una piedad desternillante por este antihéroe que tiene en estos relatos una voz auténticaSE VAN A REÍR HASTA LLORAR CON ESTE LIBRO, llorar de piedad por este hombre perdido, este bobo con ínfulas”. "Disfruté mucho con las Historias. Sigue escribiendo", me dijo Urdaci también.
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1 comentario:

Campurriana dijo...

jajajajajaja ¡Muy bueno, José Antonio (del Pozo, claro)!
;)