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viernes, 8 de noviembre de 2013

El indigesto Manifiesto de Garzón


   Garzón -veinte años después es mucho, que apesta a deja vú- vuelve a llamar a las puertas del PSOE. Pum, pum, quién es. Don Garzón, el Superjuez. Cierra la muralla. ¿Eehh, al corazón del amigo? Psché, bueno, ábrele la gatera de la Conferencia. Las carcajadas de Maese Rubalcaba debieron percutir hasta en la Patagonia kirchneriana. Y ahí están, Garzón y catorce de los suyos pidiendo foco con… un Manifiesto más.  Desentrañar ese enésimo Manifiesto ahora, en este otoño de postal, es como desbrozar la seca hojarasca de los más gastados topicazos. ¿Es esa farfolla toda la genial visión de Garzón? Ramplón Garzón.  Dime luego si no, lector.
    
   Primero que nada la identidad: “Somos personas comprometidas con la izquierda”. El compromiso partidista, okey, nada que ver con una imparcial visión de la Justicia universal, vale. Luego, la misión: “Nuestro objetivo es la derrota de la derecha… “. Y… ¿cómo es ella? Malvada, muy malvada: “está aprovechando la crisis para empujar al desempleo y a la marginación a amplias capas de la sociedad, y especialmente a los sectores más frágiles. Los jóvenes, las mujeres, los mayores de 45 años, así como los jubilados y los pensionistas están sufriendo con crueldad la devastación del gobierno de Rajoy”. 
   
   Nada, por tanto de errores o de premisas equivocadas en las políticas de la Derecha, al contrario, “junto a este consciente deterioro de los avances sociales… este mismo gobierno protege los intereses de los poderosos amparándose en los sectores más conservadores de la sociedad”. Tan tan malvada que “ha dejado en las cunetas del olvido a las víctimas de la dictadura y evita la recuperación de nuestra memoria, elemento clave para el reencuentro con nuestra dignidad como pueblo”. Acabáramos, lector. ¿Pues, no coinciden los 14 de Garzón en la proclamación de esa premeditada y planificada voluntad crudamente aniquiladora de la Derecha española con los pérfidos planes que ya vimos aquí que le atribuían Almodóvar, Willy Toledo, el secretario del PSOE de Córdoba entre otros compañeros mártires? ¡Ese, la atribución de las más espantosas intenciones per se siempre a la Derecha, ese es el difuso humus omnipresente a esparcir über alles por buena parte de la Izquierda española!
  
   (Item más, la rabiosa proclama izquierdista del Manifiesto Garzón, leida a la luz de la Conferencia garzonita a seis mil euros la pieza en Mercasevilla, no digamos sin encima cobrara la misma en negro, no se sabe a qué mueve más, si a repugnancia o a risa)
    
   Y cómo quieren los 14 de Garzón derrotarla: “Pretendemos abrir y ser parte de un nuevo tiempo, con otra política y otra forma de hacerla… Somos conscientes de que son imprescindibles nuevas propuestas desde la izquierda que no se limiten a gestionar lo establecido, nuevas formas de participación abiertas a la ciudadanía y nuevos liderazgos compartidos con la sociedad… Un paso en definitiva que sea capaz de abrir una nueva etapa para las personas y para la política”  Sólo que, de tantas veces oídas esas nuevas, dirigidas encima… ¡a Rubalcaba!, son ya muy viejas. ¿Pero propuestas concretas, meridianas, verificables, en el Manifiesto? Cero, cero garzonero, esta vez.

    
   ¿Entonces? Los tristes tópicos de la izquierda burocrática, esa machacona e insufrible lengua de madera: “Este debate debe conformarse como un espacio abierto a la realidad social, a las personas y a sus inquietudes, y a las diferentes formas de acercarse a ella… para protagonizar la construcción de un proyecto político que sea capaz de impulsar desde la izquierda una respuesta en España y en Europa… Reivindicamos la política como instrumento de influencia para construir modelos sociales cohesionados y sostenibles económica y medioambientalmente… Es imprescindible que la Social Democracia dé un paso hacia delante, hacia la izquierda y hacia la gente.” Eso, que viva la gente. Veinte años después, toc, toc, vuelve Garzón de nuevo a tocar en la puerta del PSOE. Ramplón Garzón, sí.

2 comentarios:

Napo dijo...

Ya hace tiempo que el que quiere sabe con las renovacviones de la pesoe no son tales. Son sólo nuevas mácaras.

Garzón es a un ideal lo que una máquina tragaperras al dinero.

Si el Ideal da pasta, Garzón hace ruidito.

o blog de xesús lópez dijo...

La derecha anda mal. Y atufa. La izquierda, con Garzón, atufa más. Y además parece que su política también la quiere marcar la Kirchner.
Qué discurso necio el de monsieur le Garçon, o el de sus parientes próximos al cifrar su éxito en el posible levantamiento de los restos de Franco, que nunca quiso ser enterrado en Cuelgamuros, que fue le Roi el que lo dispuso.
No perdonan a Franco que haya muerto en la cama y quieren cambiar la Historia. ¿Cómo? El otro día lo recordaba. ¿Disparándole a la nuca, si aún queda para, acto seguido, llevarlo a la fosa que tanto mimara Carrillo, a Paracuellos del Jarama?
Un saludo.