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miércoles, 13 de noviembre de 2013

El secreto de Urdangarín



   La nueva remesa pública de correítos del Duque em-palma-do le ratifican en su estricto ser: un parvenú de la más baja estofa. Quizás nunca vióse antes Duque tan vulgarote. ¿Vulgar? En los prostíbulos, me parece, se producen en la intimidad con mucha mayor delicadeza. La gente de la mala vida le ponen a sus cuitas un alma lacrimógena, se expresan a menudo en palabras con aromas a serial romántico. Este Duque en puntas en cambio pone sólo su cipote.  
    
   Esa recurrente zafiedad urdangarina no se improvisa: era ya, es,  y acaso siempre será. Se sabe, por otra parte, que una de las prerrogativas que por cuna asiste a una Infanta borbónica es la de prácticamente poder desposarse con quien –nunca mejor dicho- le dé la real gana, tal es el dorado resplandor que la Corona desparrama sobre las ambiciones súbditas. Entonces, ¿qué vería la Infanta en Urdangarín, no ya para que el rubicundo garañón mil y una veces le estremeciera hasta casi –o sin casi- romperle las más nobles partes, traseras y delanteras, de su anatomía, -tradicional diversión ésta de las realezas con los mejores ejemplares del Pueblo que ahora este a menudo copia- sino justamente la de elegir para contraer públicas y sagradas nupcias a semejante elementalote botarate?
   
   Recuérdese que al parecer Urdangarín, cuando se “conocieron”, hallábase ya medio prometido entonces con una zagala de su entorno, a la que rápidamente postergó, claro. ¿Por qué entonces elegirle para unirse a él en público matrimonio? Por el Cuerpo, por la externa apostura, naturalmente. Eso es justamente lo que hace a Urdangarín, a pesar de todos los pesares, un héroe de estos tiempos desdichados que vivimos. Se recoge en él casi a la perfección el espíritu de la época: la extraordinaria revalorización de la imagen corporal y el desprecio sin tasa a todo lo que de refinado y elevado pueda bullir en el interior del alma humana. La Mugre envuelta en celofán de luxe, repitámoslo una vez más. Por corruto y chocarrero que el Duque nos resulte, es muy probable que, de tener muy de cerca sus azules ojos, sus apolíneas hechuras, millones de ciudadanas –miles también de ciudadanos- todo se lo perdonaran con tal de con él menearse un ratito en la intimidad.

     
   Si la Infanta con todos esos correos traga, ella sabrá, doctores tiene la Casa, desde luego, pero quizás podrían, no sé, por mor de recabar ingresos para devolver al Fisco, como el “artista” de que hablábamos este lunes ofrecer en público también el “arte” que a los dos una vez en peneuve convergencia unió. 



 LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

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