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jueves, 28 de noviembre de 2013

El libro ha muerto. Viva Belén Estebán

    


 Es tan desmedido ya el automático rechazo de la gente a enfrentarse a un texto trabado, es decir, inscrito en una trama de argumentos, que los que entienden de esto te aconsejan “hacerlo” así, en pildoritas minimalistas, en estreñidas capsulitas espaciadas, para que de esta manera al menos algún despistado te “lea”. Pues allá que te van:

1   1)    Las colas delirantes, incomparables, operísticas y triunfantes, ante el “libro” de Belén Esteban evidencian una vez más que se puede caracterizar lo que vivimos como las Sociedades de la Telebasura.
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    2)    Simbólico también el que alguien que sí es Escritor –y de los mejores, o sea, progresista- Boris Izaguirre acepte rebozarse en ese charco mugriento
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    3)    Es del todo irrelevante que incluso pueda albergar buenos pasajes. No es un libro para ser leído. No es un libro. Es el fetiche sentimentaloide de una CELEBRITIE, que es en lo que ha devenido ese “mágico” artefacto de hiperconsumo a la última que antes se denominaba libro. 

    4)    Irónicamente resulta ser con un “libro” (que va por la 3ª edición dos días después de salir en venta) como se explicita mejor el pleno desprecio en que ha caído el libro/libro entre la mayoría. Un “libro” certifica, pues, la Muerte del Libro.
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    5) El libro, en tanto que cofre o recinto preciado de sabiduría, de cultura, de estima y de reverencia por la palabra escrita, que guardaba en sí un prestigio verdadero, se ha esfumado. Más: sobre ese antiguo prestigio social hoy socialmente se escupe.
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     6) Más que en ninguna otra etapa histórica ahora la sociedad que puede da con la puerta en las narices a los escritores sin nombre. No valora su trabajo.
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    7) No hace tanto las personas que no habían podido estudiar estaban deseosas de aprender, de leer, de llenar esa carencia. Han enseñado ahora a la gente a sentirse orgullosa de su burricie. En la Facultad, más allá también, buscábamos como locos libros de autores desconocidos, porque habíamos oído que estaban bien, que merecían la pena, que había que conocerlos. ¡Te sentías en falta! La gente más humilde reverenciaba la cultura, y las personas se esforzaban en tratar de entender un libro, una peli, un cuadro complejos. Hoy, se la bufa: buaaá… hala, venga.
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    8)   Entonces tiene que llegar una niña paquistaní, Malala, tiroteada por los talibanes, a proclamar la importancia de un libro, es decir, del libro.
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     9)   Hoy, un escritor para mí maravilloso, García Márquez, el puro placer de la palabra escrita y del texto que en él rebosan, de no ser conocido, dudo si no mandarían la mayoría su excelsa escritura… a Parla.


     10)                     Uff, lo dejo ya, que el otro día en el twitter con aspereza me reconvinieron sobre que parecía un predicador. Tranqui, le dije, hablo con la autoridad que da el fracaso. Y punto borisizaguirre.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Nunca se despreciaron tanto los libros



     Es verdad, sin embargo, que es posible que se publiquen hoy más libros que nunca. ¿Pero cómo calificar, cómo categorizar lo que en grandísimas dosis y a todo lujo nos meten hoy en dos días por los ojos para pasar al más oscuro silencio al siguiente? Más que libros pareciera que se nos venden hoy bombones, con los que quisieran además atracarnos – en el doble sentido- sin darnos cuenta apenas, pues nos los ponen en la misma boca y de la mano nuestras amadísimas CELEBRITIES. ¡No hay  CELEBRITIE que no se revele ahora, pese a no saber disimular todo lo que aborrecen los libros, precisamente escritora!  Claro, para que toda esa bazofia tenga salida y genere pasta, se necesita una población sin criterio, ágrafa y vulgar a la vez, y muy babeante de lo buenísimo que están Fulanito y Menganita… que acaban casualmente, vaya por Planeta, de escribir un libro.
     
     Entonces la mayoría de los libros que a toda velocidad hoy circulan delante de nosotros, medio atontándonos, mucho más que necesarios alimentos para un cierto refinamento interior –y la elevación moral y espiritual que del mismo se deriva- son  fast-food que a ningún sitio superior llevan, son fetiche, guiño intertribal, tatuaje de pertenencia a un simbólico club de fans, gadget que otorga efímera modernidad, talismán de auto-referencia. Los libros quizás deberían venderse hoy en la sección de los artículos de complemento: como un bolso o un cinturón de marca, como objetos conferidores, a quien en público los pasea, de un status, el que sea, mucho más efímeros incluso que los propios complementos.
    
     Cómo puede en esas condiciones un anónimo escritor abrirse paso en medio de ese carnavalesco baile de celebrities, si no está a su alcance, cual Boris Izaguirre, bajarse los gayumbos en prime-time. Mendigar solo que una de estas deidades, con lo ocupadísimas que andan, le guiñe, aunque sea por puro malentendido, un ojo. Va Ronaldo mete un gol, tararea tres notas moviendo los brazos, y al día siguiente el autor de esa canción pasa de ser nada a serlo TODO. Jorge Javier, tío, eres el puto amo… de la tele, del periodismo y de la literatura también, claro que sí. ¿Sabes? Me he autoeditado yo un libro -¡es bueno!, llevo veinticuatro vendidos ya, anda, colegui, échame una mano, primo

   Vale, pero quizás en ninguna otra época histórica como en ésta se despreció más socialmente la verdadera valía que un libro de los de siempre consigo atesora.   





LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

domingo, 20 de mayo de 2012

Crimen sin castigo de Javier Sardá


  


   Pues nunca, a mi modesto entender, se ponderará bastante el leso delito por Javier Sardá acometido, que, habiendo tan abundante talento en el interin de su magín, -como al mismo Doctor Frankestein lo asimila en el Sabadell, qué nivel, Boris cantarín-  hubiera sobre todo de canalizarlo él hacia la infecta Telebasura, de cuyos pésimos males y modales para el envilecimiento del gusto y del criterio de la audiencia –del Pueblo dirían ellos, que tanto lo aman- fue él pionero ilustre e insigne Patrón a seguir, a cambio, eso sí, de levantarse un inmenso dineral, vil metal que en ellos, a lo que se ve, jamás de nada es culposo. 




Post/post: gracias a NVBallesteros, a Mónica, a Cesar, a Herep, a Juan Carlos, a Winnie, a Fernando (gracias), a Maribeluca, a Anónimo por bloggear a mi lado ayer, GRACIAS .

viernes, 18 de mayo de 2012

Desmontando a Boris&Sardá


    
    El mismo marco distinguido que a Víctor&Ana recogía, les envuelve a ellos también. Los mismos utensilios entre funcionales y exquisitos, el mismo nivel del agua en los vasos, en las botellas. Idéntica la música incitativa que con ellos arranca: isotopías narrativas que faciliten y armonicen el mensaje latente. Sí, el logotipo del Banco omnipresente, marcando con discreción el territorio de la especulación, en su doble sentido. Mismo paisaje pues, para distintas figuras, con un similar denominador común: admirados paradigmas del progresismo bienpensante y exitoso charloteando de sus fecundas “Relaciones”.
   Es archiconocida la sentencia de Marx que sostiene que la Historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa. Y si la conversa que se traían Víctor&Ana terminaba en comedia, no dejaba en su desarrollo de rozar la tragedia: en un momento teorizaban, serios ambos, sobre la posibilidad real de que su venturosa liasson pudiese, al albur de la vida misma, irse mañana al traste. Uff, se te ponían de corbata entonces. Bueno, pues con este par de histriones  ahora, en efecto, es todo ya farsa. Los mayores cumplidos, también los más íntimos reproches, que aquí Boris&Sardá sin pudor exhíben y se cruzan, poseen el aire grotesco y desmesurado que le es propio a la farsa. Tampoco ellos ocultan lo más mínimo el género: el gasto de la producción corre a cargo de Boris, de sus excesos prototípicos, apalancándose Sardá en un surtido repertorio de risotadas, carcajadas, estrambotes y demás expresiones del jocoso cachondeo.
      Y asistimos así –atonitos, si tomamos distancia del timo del lujoso envoltorio- al racimo exhibicionista, pautadas a través de primorosos encuadres, de las inacabables banalidades y ocurrencias de esta pareja de ejemplares histriones. Espectáculo de las inflexiones cantarinas en subeybaja de Boris galvanizadas por los tics y los morritos que le pone Sardá. ¡Oh, what a wonderful world el suyo! ¿Resultará entonces inconveniente recordar, tan dados como suelen ser ellos a ajustarle las cuentas al tendero del barrio, que Sardá amasó todo un soberbio CAPITALOTE con su multimillonario negocio? ¿Entonces, hacerle la bola y la ola a un Banco ahora, a cuento de qué?
    
    Pero estas son las perlas incredibiles que aquí nos derraman: “qué cómodos nos sentimos juntos… tú eres la persona que más me ha glamourizado a mí… desde que no tenemos la unión del programa me has dejado huérfano… pero, Boris, un huérfano con una buena herencia, chico, no paras, lo último, plancharte la cara… es increíble el vacío que dejas… el luto de Crónicas lo sentí un año después en un restaurante coreano hiperpicante, empecé a lloraaar… Javier, me hiciste cantarle el Cumpleaños Feliz al Jefe Supremo en Taormina en una cena de la élite… Boris, yo nunca te abandonaré, tú me dejaste por Miguel Bosé… Javierrr, uno tiene que ser vampirizado y ser vampiro, una relación en la que no se chupe, no hay relación… Javierrr, tú eres muy orgulloso y muy inteligente –puede que tengas razón, Boris- … como el doctor Frankestein y su monstruo, así es nuestra relación… Javierrr, cómo eres de malévolo, eso es crueeeel, … he pasado toda la vida queriendo ser guapo y sólo soy inteligente, tú eres guapo e inteligente, Javierr… pero, claro, en la dominación hay la máxima entrega… bueno, Boris, ha sido un placer, espero que nos veamos pronto… no antes de seis meses… vale, perfecto.”
        Y cada uno lárgase entonces por su lado. Oh, yes, very well, what a wonderful word.     



Post/post: gracias a ... nadie, pues nadie pudo ayer bloggear conmigo... menos mal que llegaron unos ángeles, Ángeles Moya y ángeles, seguidoras nuevas de este blog, que es también suyo ya, oxígeno puro para seguir escribiendo, y no me dejaron así tan solo, GRACIAS por ello, míos ángeles.