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lunes, 2 de enero de 2012

Error, inmenso error de Tele 5 en las Uvas


     
    ¿Qué pintaba Jorge Javier, ese horusco molusco, entre la Mamma Pantoja, doliente viuda del Maestro por siempre, y el Niño Paquirrín, tan chiquirriquitín,  convaleciente de desamores Buenos, dándonos las uvas? ¡El único que por derecho hubiera colmado de Densidad y Sentido simbólicos ese hueco único entre ambos –símbolo a la vez ante toda España, claro- sólo podría haber sido… Little Carmona, con algo de San José despistado en la carpintería de sus innúmeros saberes en el aire que le envuelve, tan barnizado en fracasos como esa madre sufriente y ese chiquirritín estelares y tan de vuelta de todo a la vez. ¡Qué mejor estampa que la de ese trío para de su mano y de su brindis atravesar el rito de paso de un año a otro! ¡Sabor a chocolate, sabor a canela… Sabor a mosto, ahora!
     Bueno, y si las exigencias del share y del star system lo hubieran desaconsejado, que todo puede comprenderse,  poner entonces en el puesto de Little Carmona… a Punset, tan mediático, inteligente y dinámico él, con el Viaje al Optimismo que ahora nos vende, como inmejorable sutura al annus horribilis que se nos anuncia. Sí, casi mejor, Punset, al lado de la Mamma y su chiquirriquitín, dándonos las uvas, las uvas de la ira indignada también, por qué no.   

sábado, 3 de diciembre de 2011

Kiko Rivera, Little Carmona, Isabel Pantoja, yo mismo



     
      Le leí una vez a Torrente (a Gonzalo Torrente Ballester digo, no al exitoso estandarte peliculero del Reinado de la Mugre) que, cuando estaba él metido hasta las trancas en la escritura de una novela, irrumpían en sus sueños, vivitos y coleando, los personajes de la misma, hasta tal punto los tenía él metidos en la cabeza.
     No estaría acaso de más que este bloguero coplero tratara de imitar al gran escritor, a ver si de esta manera al paso de la copia se le pegan a uno las dotes de narrador, tan escasas en el menda lerenda que con justiciero criterio los editores de este mundo cruel postergan al oscuro anonimato.     
    Al lío: verás, lector,  he desbarrado tanto últimamente sobre Kiko Rivera y José Carlos Carmona, he concentrado tanto en ellos mi observación, he llegado así a tomarles tanto aprecio -quizás porque más que triunfos sean fracasos lo que en ellos se almacena- que la otra noche, en el duermevela glorioso que antecede al sueño, como en súbito deslumbramiento muy claro lo ví: ¡debería Little Carmona apadrinar a Kiko Rivera!
     Ser un padre para ese chaval. Me explico: buena parte del desvarío existencial que azota la estrambótica peripecia vital de Kiko Rivera puede deberse al irrellenable hueco que en la vida de un joven supone la ausencia del Padre, más si cabe en el caso de que sea éste el grandioso Paquirri. Se pierde una referencia fundamental y un punto de apoyo y comprensión irremplazables. Se deja de golpe de hacer pie en el proceloso mar de la vida, y muchos escándalos no son más que el penoso intento de gritarle al mundo esa injusticia. 
    
     Pero además, no sé bien por qué, pero me da en la nariz que congeniarían ambos de cine, que también colmaría Kiko una íntima carencia en Little Carmona, el don incomparable del afecto filial, -ignoro si Carmona es papá, mas, como sobre ese peculiar “ámbito”, siendo tantos los que su genio abona, él no blasona, así especulo- tras el que podría transmitirle éste, con el gozo añadido que esto da, el caudal de todos sus conocimientos transoceánicos. Que muchos valores añadido se proporcionarían el uno al otro, vamos.
     Y la guinda que al instante me ofreció de propina el deslumbramiento: ¡es que también a Isabel Pantoja, qué carajo,  a la vuelta de tantos hombres y de tantas experiencias convulsas, en esta hora triste pero madura de su existencia, de fábula le vendría la insobornable sensatez de Little Carmona sobre su persona! Bueno, y a éste, qué vamos a decir, si aún está Isabel, creo, en muy hermosa sazón, capaz de incendiarle a Carmona el cuerpo de loco deseo y de sana lujuria. ¡La de “ámbitos” que podría en el cuerpo de Pantoja todavía Little Carmona indagar, y con todo respeto, horadar! ¡Por potencias carmonas no habría de ser! Muchísimo, en suma,   podrían asimismo darse en toma y daca otra y uno.
    Ah, qué novela, para quien dotes narradoras posea, con estos mimbres podría publicarse. En fin, lector mío,  que con aquestos gozos y sombras que mi algo enfermiza sesera me proyectó entonces, -y que vi yo, no como novelería, sino como real y muy útil propuesta mía para mis personajes favoritos-  en algo más próximo a un Escritor en esos instantes me sentí. 
    

viernes, 2 de diciembre de 2011

Rebuscando a Madonna (digo a Carmona) desesperadamente

     
      Puede que algún malpensado imagine que durante la noche del 20-N habríase este faccioso que aquí escribe tirado a las calles por mor de festejar bajo el don de la ebriedad el “Desastre” rubalzetapeico. Y no. De sobra sabe uno que pronto volverá el Poder a sus “naturales” detentadores. Aquella noche me la invadió La Chica de Rubalcaba, quedó ya dicho. Y a la mañana siguiente, con los primeros rayos del sol colándose por mis ventanas, ¿querrás creer, lector, que mi más urgente desvelo estribaba en saber si se le habrían cumplido los sueños senatoriales a Little Carmona, el hombre que osó exponerse en campo abierto a los espolones de Big Faisán en las primarias socialistas abortadas, que apostaba ahora como número uno por EQUO nada menos que en Hispalis, un cantor más él mismo en la Itálica urbe?
     De verdad, deseaba encontrarme el éxito de Little Carmona, José Carlos Carmona SENADOR, no por  las ideas de EQUO, que no son las mías, claro, sino porque, por encima de ellas, y acaso más decisiva, nació de mí hacia su figura entonces, cuando en la plaza pública compareció, una cálida corriente de simpatía. No sé, tantos saberes y artes en persona tan poco reconocida agolpados. ¿No te ha pasado a ti, lector, el decirte… pues me gustaría conocer a este tío, tomar unas cañas con él, y tal?
     
      Aterricé pues con avidez sobre los resultados sevillanos: el primer candidato de EQUO aparecía… en el lugar decimocuarto, con sólo el 1,28% de los sufragios, a años luz de los tres senadores socialistas que encabezaban la lista con el 40% de los apoyos. Ostras, pensé, poor Little Carmona, decididamente no tiene suerte este hombre, y más noté afincarse en mí y hacia él la dichosa onda de afinidad. Por lo de las derrotas, por el chasco, por lo de fracasati, y tal.
     Reparé entonces, algo sumido aún en la bruma de la decepción, en que ni ese, ni ninguno de los otros candidatos de EQUO, que incluso menos votos habían recabado, respondían al nombre de mi camarada fracasati. Por toda la lista el nombre de Carmona yo busqué… y no encontré. ¿Entonces? Si era seguro que él se presentaba, como yo antes de los comicios comprobé, ¿qué misterio se ocultaba tras esta desaparición de Carmona? ¿Hasta ahí llegaban los florentinos espolones del Big Faisán, que habría conseguido en última instancia su retirada? ¿Habría sentido Carmona al final el “horror vacui” de haber abandonado la Casa común socialista? ¿Se habría arrojado a las aguas del Guadalquivir desde lo alto de la Torre del Oro? ¿Qué diantres había ocurrido? En verdad que buscaba ahora a Carmona desesperadamente.
     Pensé, pensé a toda leche. Soplé hondo por el clarinete del Internete para así cerciorarme de la composición de las listas de EQUO. Descubrí entonces una ignorancia mía y una piadosa medio trola de Little Carmona. Lo primero: no tenía yo ni zorra de que con cada candidato al Senado se inscriben a la vez tres suplentes. Y allí, como SUPLENTE primero de la primera candidata, Margarita Jiménez Mora, en efecto rezaba el nombre de Carmona, nuestro antihéroe. Pensé, vamos a ver, ¿dónde había leído yo el anuncio del liderato de su candidatura? En la Wikipedia, seguro, y allá que me fui. Habían ya reparado la bola. ¿Dónde más? En su blog, claro. También había sido eso enmendado. Habían desaparecido el par de solemnes compromisos suyos para el caso de resultar elegido. No sé, pero toda esta picaresca carmona, lejos de desagradarme, aumentaba el afecto que en mí despertaba Little Carmona, ese crack. Recordé la foto suya del té con peineta incluida, qué tío.
     
      Y fue al leer en su blog la suculenta explicación que en la portada daba de los y de sus resultados cuando me dí cuenta de que, por muchas derrotas que sobre sí acumule, es Carmona para siempre indestructible: “Y no es por nada, si Rubalcaba hubiera tenido primarias con Carmen Chacón no creo que hubiera obtenido peor resultado que este. Hasta yo podría haber conseguido más. Se empecinaron en no hacer primarias y han hundido al Partido Socialista; se empecinaron en no escuchar a la gente y ahí están, en los peores resultados de su Historia. Pasando página.
13.269 votos para mi candidatura al Senado con Margarita Jiménez Mora, 3500 votos más que el siguiente candidato de mi propia lista”.
     Yo creo que este último y gratuito alarde acabó por del todo desarmarme. ¿Es o no impresionante el Señor? Releí por fin en su blog aquello de que “en la actualidad escribe para la Editorial Planeta que publicará en enero 2012 su novela Martín y Martina”. Con dos martines, di que sí, maestro. Y esa mañana clara del 21-N le deseé a Little Carmona, también a su novela,  claro, toda la suerte del mundo.

       

martes, 15 de noviembre de 2011

Encontrando a Madonna (digo a Carmona) esperanzadamente


    
     Claro, no le queda a Carmona más remedio que precisar, ya desde la segunda línea de la Presentación, que “su característica principal es… la MULTIDISCIPLINARIEDAD de su trabajo que se despliega en torno a la Política, la Literatura, la Filosofía, la Música Clásica y las Artes Escénicas”. ¡Nos ha jodido mayo con las flores prematuras de este noviembre alucinante!, pensé. No es para menos reconocerlo. ¡He ahí todas las potencias del Ser en acto que soñaron Parménides y Heiddeger –ese rumor de rey oculto de boca en boca ya por toda la Bética, pues Carmona es andaluz-  más el incontenible despliegue del hegeliano Espíritu en marcha!
     Y a renglón seguido la pormenorizada relación, historiada además, de cuantos “ámbitos” el genio de Carmona fecunda: en el “ámbito político” (espera, espera), en el “ámbito literario” (“en la actualidad escribe para la Editorial Planeta que publicará en enero 2012 su novela “Martino y Martina”, o sea, qué título, qué Planeta, tócate las feromonas, Carmona), en el “ámbito” Filosófico” (y cómo descolla ahí esta mayúscula, como corresponde a pura sabiduría tanta), en el “ámbito musical”, en fin, en el “ámbito cinematográfico y teatral”. El último párrafo de la presentación pone la guinda apoteósica que merece sin duda tan proteico temperamento: “En este camino de dignificación social de la profesión de intérprete, Jose Carlos Carmona, a modo de símbolo, tiene por regla jamás inclinar la cabeza en los saludos finales de sus conciertos, lo que sustituye por un saludo elevando los brazos”. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Beethoven reloaded!
    
     ¿Y esto de “Avales obtenidos”, quí será, será?, me pregunté intrigado. Destapé ese cofre y… estas perlas allí encontré: “Aviso: ante las continuas consultas recibidas por los afiliados que me avalaron preguntándome por sus hojas firmadas y qué es lo que he hecho con ellas, quiero aclarar que:
1.     Nunca han llegado a entregarse los avales, por lo que el partido no va a tener constancia de quienes apoyasteis.
2.     Todos los avales fueron destruidos en una máquina que tenemos en la Facultad que tritura los documentos en tiras finísimas de papel.
Hum, cómo brillaban allí el canguelo y los métodos inquisitoriales en la sombra del partido susodicho.
     
      Sólo que aún el blog de José Carlos Carmona albergaba más sorpresas,  como alhajas inesperadas en la blogosfera. Venía luego una intervención suya en el Yutub:
     “…obtuve en sólo doce días 4800 avales… después de un tiempo, viendo que en el PSOE las decisiones vienen tomadas desde arriba, decidí que no podía continuar en el PSOE… y siguiendo mi compromiso político, que he demostrado a lo largo de mi vida, sobre todo en los sindicatos, donde soy miembro del comité de empresa de mi universidad, decidí… que tenía que buscar una nueva opción… y la encontré en ¡EQUO!, una opción que pretende ser ecologista, igualitaria, progresista, y con gentes nuevas, que han oído la llamada de la gente con el 15-M que está en la calle protestando contra este sistema político que tenemos… somos gente nueva, yo me presento con ellos al SENADO por Sevilla… y os animo a que intentéis saber quienes somos, nuestras ideas, y si os parece bien, nos apoyéis en las urnas”
    
     No daba crédito a lo que escuchaba. O sea, que la esperanza blanca del PSOE, ese mirlo canoro, el único entre tropecientos mil militantes, que osó en campo abierto exponerse a los sangrientos espolones del Faisán, abandona el Partido denunciando su naturaleza antidemocrática, negocia y encabeza la candidatura al Senado por Sevilla con EQUO y la prensa de este país –que yo sepa- , ni siquiera la odiosa Caverna, siempre dispuesta a buscarle las pulgas al PSOE, nos lo oculta. Reducen a silencio a Carmona,  a su persona y  a todo el extraordinario capital humano que en él se alberga,  como si fuera ese el triste destino que aguarda a los más meritorios de los fracasati en nuestro país. ¡Ay Little Carmona, si supieras cuánto en ese momento te compadecí!
       Reparé entonces en que bajo la foto del té con peineta de la presentación, había estampado Carmona ya, como el mismo Lutero cuando la Reforma sobre las puertas de aquella catedral, dos solemnes compromisos, que eran a la vez dos clamorosas denuncias, para el caso de que el pueblo sevillano a los altares senatoriales lo elevase:
     -me COMPROMETO a seguir cobrando el mismo sueldo que tengo actualmente y a donar el resto a una ONG o fundación (y ese resquicio abierto al final, oenegé o fundación, a las claras habla también de que tampoco astucia será lo que a Carmona falte).
     -me COMPROMETO a estar TODOS los domingos a las 19h en las puertas del Ayuntamiento para contar a los ciudadanos mi gestión y oír propuestas.
     Le deseé mentalmente entonces, siendo uno menos que nada, lo mejor en lo personal a todo el inquebrantable candor y al aventurerismo intrépido que en Little Carmona se agolpa, y aunque las ideas de EQUO no son las mías, progresista versus faccioso, ya sabes,  me encantaría verlo vistiendo la senatorial toga en Madrid, ora cantando, ora actuando, ora disertando ante sus pares, bajo la seráfica mirada de Peces Barba. Apoyos populares, vistos los clamores ciudadanos de la Spanish Revolution y del 15-M  no le han de faltar, aunque, ahora que caigo, que también es fatalidad de fracasati, era precisamente el Senado lo que los Indignados se querían cepillar.
     
      En fin, lector, a ti te lo confieso, no eran sólo compasión y altruismo los que en mí se removían hacia Little Carmona. También, ay, estricto cálculo egoísta: lo estaba viendo ya allí, a las puertas del consistorio sevillí, ese paisaje para esa figura, inseparables ya ambos en la memoria de las gentes, “¿alguna propuesta, ciudadanos?”, y mi voz temblorosa también allí, pues hasta allí había yo peregrinado, abriéndose paso entre los murmullos de admiración, “pues, verá usted, Senador Carmona, tengo yo escritos un puñado de muy bonitos relatos románticos, a los que no consigo por carecer de Padrino dar a luz editorial, y he pensado que acaso usted…”. Y estaba yo bien seguro de que sería José Carlos Carmona quien de mí entonces se apenaría, y aunque no a los de Planeta, claro, a algún editor con su plácet me encomendaría. Así que, buenas noches y buena suerte, Señor Carmona

     


lunes, 14 de noviembre de 2011

Buscando a Madonna (digo a Carmona) desesperadamente

     
      Pues nada, lector, que si a Proust eran las célebres magdalenas las que hacia atrás en el Tiempo arrastraban, fueron en mi caso los rollos de papel –lógico- de un Carmona (ver post de antesdeayer) los que ipso facto a las mientes me trajeron el buen rollo de José Carlos Carmona, aquel arcangélico competidor de Rubalcaba en las primarias socialistas, del que nunca más se supo. ¿Por qué hemos de hablar siempre de los Importantes? Además, en aquella justa quedó más que demostrado que el verdaderamente importante allí era Carmona, Little Carmona, como con todo respeto y afecto de fracasati hermano le puse yo, tales eran los caudales de los mil y un ámbitos sobre los que se desparramaban los enciclopédicos saberes y haceres por él acreditados (ver mío post del 6-6-2011). ¿Qué carajo habría sido de aquel diminuto Titán, de aquel humilde hobbit que osó disputarle el maléfico anillo del Poder al temible Golum rubalcabo? ¿Qué se fizo de tan gran donaire?
     
      Así es que me trepé hasta los más elevados acantilados ciberesféricos, y a la vista de esos abismos interestelares, cuajados de titilantes luminiscecias por millones, desde allí a pleno pulmón, ahuecando las manos contra aquella sideral inmensidad, como las brasas vivas de un horno descomunal, grité… ¡LITELCARMONA! ... ¡LITEL-CAR-MO-NA! ... ¡LI-TEL-CAR-MO-NA!, esta última voz casi ya en tono sandunguero, con subidas y bajadas del tono,  culebreando con la voz.
     Y como nadie contestaba en aquellas, por muy fulgurantes que fueran,  espantosas soledades, volví un poco moscatel sobre mis pasos. A ver qué me invento ahora en el blog. Tío, eres más tonto que Abundio, al fin caí. ¿No recuerdas que tenía también José Carlos Carmona un mísero blog, la prueba última e irrebatible de su condición de fracasati? Pues allá que me zambullí. Llegué, miré, fisgoteé y… ¡Jooooder con Little Carmona!  Más, mucho más sobrecogido que delante de los estratosféricos despeñaderos chisporroteantes del párrafo anterior me quedé, a la vista de lo que ahora ante mis ojos se ofrecía.
     
      Vamos por partes, o mejor dicho, vamos por “ámbitos”, como a Little Carmona gusta repetir. Y dejo, claro, lo gordo para el final, que sólo se entiende ese final en el crescendo que paso ya a desarrollar. Primero: ha elegantizado Carmona el blog lo indecible. Se nota que estamos ahora ante el blog de uno de los Grandes, es decir, uno de esos en los que no se hacen entradas, pues ninguna falta les hacen. Lo tiene sólo de lujoso puerto de atraque para quienes persigan la llama y la industria, olímpicas ambas, de su impresionante género.
     Ha puesto a la entrada una foto suya en la que, con porte ligeramente british, a la vez que nos mira con una sonrisa sólo en los ojos esbozada –eso no lo sabe hacer cualquiera, créeme- sostiene una taza –se supone que de té- y, cómo no alcanzaba el encuadre de la imagen hasta el meñique extendido, cucamente estira Carmona el dedo corazón, a la vez haciéndole una discreta peineta a quien le mira. Genial, pensé, este tío es un puto crack. Es el Amo.
     Bajo su nombre, impreso ahora bien grande en letras de color dorado, una franja roja resalta los ocho grandes apartados de su blog: Presentación, Currículum musical, Vídeos de conciertos (suyos), CDs y DVDs a la venta, Literatura, Propuestas políticas, Avales obtenidos, Intervenciones TV/Radio, Cine, TV y Teatro, Agenda. Anúnciase así la lluvia de estrellas carmonas, que, a poco que mañana me sigas, lector, a los dos juntos con su esplendor nos ha de alelar.




miércoles, 6 de julio de 2011

El Dioni debería presidir la SGAE


    
     Lo digo sobre todo porque, si Teddy B anda afónico, al menos el Dioni canta. Es un crack el tío. Ya en su momento el gran Sabina dedicóle memorable copla encomiástica. “¿Dónde-está-la-pasta?, clama el Dioni en su vibrante rock and roll, y también eso mismo se le puede reclamar al gran Judas de la Innombrable Sociedad General. Cuando en el plató de Tele 5 aquel día, en vivo y a traición le desnudaron del peluquín, y así en grado máximo delante de todos le vejaron, por muy que en el mefítico guión acaso estuviera comprendida la cosa, sintió uno piedad hacia él. Pues ahora, Dioni, anda, tronco, échale otra vez un par y preséntate para presidir la Innombrable. Tienes ya el lema niquelao: “¿Dónde-está-la-pasta?”. Arrasas, tío, te lo digo yo. Llévate en la candidatura contigo a Little Carmona y su sabor a canela en rama. 
     A la postre el Dioni sólo a un banco le robó. Sí, un banco se hace bien odioso en las conciencias cuando cobra cruel comisión hasta por las humanitarias transferencias de fondos para los pobres damnificados del terremoto en Haití. Por cierto, lo mismito que entonces pretendió la Innombrable sociedad, que,  de la mano rectora de Teddy B, quiso arramplarle el pellizco de su alcabala  a un festival benéfico para haitianos deudos, o al de aquel niño enfermo, o a tantos otros.
      
      Si el Dioni alcanzara la presidencia de la Innombrable, ya te digo, sin duda podría ésta recobrar una mejor imagen pública y, lo que es más importante, una naturaleza y una sustancia íntima más humanitaria y compasiva. “¿Dónde-está-la-pasta?”, eso, eso. Reza el espíritu fundacional de la muy honorable sociedad Innombrable, que es la suya una entidad, agárremonos que viene Judas… sin ánimo de lucro. Arándanos, si lo llega a tener. Ya veremos si, por muy coleguitas que sean, hasta al mismo ZP no le pasaron la factura por los arreglitos que el muy cuco le hizo al  Deuteronomio cuando lo de Obama y tal. Cree uno que, visto el pastón  en que se mueven los números de sus capitostes, la ausencia de lucro esa es  una leyenda urbana más, de mayor calado incluso que las trolas de los boleros del Dioni. Quizás debiera el gran Sabina también, por aquello de ser ecuánime cronista del asfalto, levantar ya bravos versos cantábiles a Teddy y  a su transilvánica estampa dedicados.
     
      Y es que a veces la Innombrable proyecta la imagen invertida de los románticos bandoleros, como si fuera a los pobres a quienes gustara de acogotar sin tregua para sólo su pingüe medro. Como esos delincuentes compulsivos que incapaces de reprimir su pulsión delinquen una y otra vez, y que tanto gustan a las televisiones, a todo lo que se mueve dispara la Innombrable. Hagámosle a la Innombrable su peculiar lista de Schindler: tristes peluquerías de barrio, equipos de baloncesto mediopensionistas que han de renunciar a su himno, baruchos de malvivir, tunas que han de pasar la pandereta para los chupasangres, centros de jubilatas, festivales de discapacitados, escolares funciones de instituto, tiendas y restaurantes de barrio a punto de echar el cierre, contra los anarquistas, contra las radios en dificultades, contra los consumidores sin distinción.  Hasta todos llega la larga mano de la Innombrable, que con armadura legal y batallón de picapleitos cuenta para sus atropellos. ¿Amagos de protestas? ¿Súplicas? “Que paguen y punto”, bramaba con crueldad avara Teddy B. Eso, que paguen, ¡y contra ellos la Guardia Civil!, azuzaban con saña Víctor Manuel y Ramoncín al alimón. Y queda terminantemente prohibido teclear en el google la palabra latrocinio, no vaya a ser que broten ahí de golpe, como en mágico espejito, espejito, el nombre de la rosa y el esplendor afilado de sus espinas empaladoras. 
     
      ¿No es por un casual, Mr ZP, explotar a quien con el sudor de su frente se afana cada día por llevar el jornal a su casa lo que la Innombrable hace? ¿Cómo entonces su acendrada sensibilidad social lo permitió y alentó? No tenían bastante, a lo que se ve, con sus opíparos sueldazos, con sus estratosféricas pensionazas. Por supuesto, el tendero de la esquina es un puro explotador facha. Ellos, los bienpensantes apandadores, son la limpia conciencia de la Humanidad en marcha.
     Así es que anda, Dioni, prenda, ponle un par a la cosa y postúlate tú a mandamás de la Innombrable. Llévate a Little Carmona de number two. Sólo a pleno pulmón habéis de preguntarle  a Teddy eso, “¿DÓNDE-ESTÁ-LA-PASTA?”. A ver si de una vez Bautista canta. Vamos, tío, no tenemos nada que perder, sólo nuestras cadenas. Que estoy viendo ya mismo a toda una marabunta de superidealistas Indignados, a cuyas limpias conciencias es que se les hace insoportable tanta rapiña, acampada ante el magno Palacio de la SGAE en pro de la gloriosa Spanish Revolution, of course. Que Teddy fue también él, en su momento, oh tiempos, un no menos furioso indignado. ¿Y ahora qué Teddy B?



jueves, 23 de junio de 2011

Elegía mía por Little Carmona


     
      Verás, Little Carmona, hoy, que nadie velará tu fiasco, yo, una nada bloguera y facciosa encima, me acordé de ti. ¡Poor Little Carmona, con todos tus “ámbitos” a cuestas, que nada pudiste frente a los crueles espolones de Big Faisán, por aclamación proclamado Candidato ya! Consulté tu blog, por lo de la legendaria fraternitad bloguera, quise hacerme seguidor del mismo, dejarte un guiño en el alma, como Scarlett, comprobar si en la soledad del blog al menos habías derramado una futiva lágrima por tanta pena que ahora seguro te consume. Ni ese desahogo mínimo te has podido permitir. ¡Poor Little Carmona! Tus dulces sueños arrumbados, tu ideal aniquilado, tu menestral utopía arrasada desde los alcotanes sobrevuelos de Big Faisán. ¿Qué se hizo del no menos legendario talante levantisco y contestatario de las bases socialistas, esas de verdad honradas huestes que viven de su trabajo y no pastan sobre la mamandurria de los públicos presupuestos? ¿Por qué no acudieron en tu auxilio, que, pese a tantos ámbitos tuyos, no era sino socorro del débil? Te imagino ahora, noble Little Carmona, la frente caída, sueltos los aladares, acaso doblemente indignado, como el que acumula en su persona una dúplice opresión. 
     
      También a ti un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal del Aparato Faisanesco te ha derribado. Te exigían tropecientos mil avales en quince días sin dejarte ni el censo, una tarea que ni la medida de un Aquiles hubiera podido culminar. Verás, no es que quiera uno, como Miguel Hernández, minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera, no es eso; es que, al final, a despecho de los cientos de entorchados que adornan el piélago inacabable de tus “ambitos”, paréceme reconocer en ti una suerte de fracasati bien similar a la mía. Que por muchos sabores a canela y aún a chocolates que en la miel de la vida te hayan tus infinitos ámbitos procurado, no paladeas ahora, Little Carmona, sino un triste y duradero sabor a hiel. Hay algunos que llevamos en el rostro el fracaso, incrustado en él como una máscara inquitable, por detrás incluso de las más efímeras treguas.
    
     Nada une más que la argamasa del fracaso. Lo sabes bien tú.. “Hablo con la autoridad que da el fracaso”, que decía Scott Fitzgeralg. Mira tú, José Carlos Carmona, si ahora, juguete roto de las bases socialistas en que te han convertido, no puedes inaugurar conmigo, como en la peli aquella de la Bergman –la amo, la amo, esa calavera besar sí quisiera- el principio de una gran amistad. Entra en mi blog, que “por los altos andamios de estas flores, pajareará tu alma colmenera”. Deja a Big Faisán que siga, como siempre, amancebado con el Poder, que sin el mismo es él Nada, con todo cuanto tú en cambio eres. Tienes aquí, en esta ruin covacha, Little Carmona, que lo sepas, mi mano, encurtida como la tuya entre las amargas cáscaras del fracaso.  A la alada alma de este maltrecho blog  yo te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, companiero del alma, compañero. Que por cierto, no sé si sabes, que tengo yo un hatajo de muy románticos relatos vírgenes y quizás tú pudieras…

lunes, 6 de junio de 2011

Jose Carlos Carmona, la Spanish Revolution eres TÚ


    
     Comparar al Big Faisán con Little Carmona, el valiente opositor –José Carlos Carmona- que le ha salido a Rubalcaba para disputar las primarias zetapeicas, es ciertamente confrontar el Todo con la Nada. ¿La Nada? Rubalcaba, of course. Treinta y cinco años en exclusiva arracimado a esa droga dura que es el Poder, esa ilusoria sombra de majestad sobre los demás que a la postre, a la vuelta de traiciones y de conjuras sin cuento, sólo en vanas cenizas o en crueles chistes y en amarga soledad siempre se resuelve. Acaso intuyéndolo, y proyectando así la íntima desazón de su propio vacío, bromea por eso don Alfredo con la canción de Amaral, Sin ti no soy nada. En efecto, dejando a un lado su más que vistoso plumaje ¿qué ha sido Rubalcaba –y tantos otros-, descontada su brutal pulsión hacia el Poder?
     Se le ha puesto enfrente un hombrecillo gafudo, feo, bisoño, de vocecilla atiplada, uno de esos a quienes no les quedan bien ni los trajes a medida. Tiene un blog el tío, que con eso queda todo dicho. Es decir, en apariencia una Nada con patas, rayana en lo friki. Un angélico Torrente, vamos. Y sin embargo, más allá de la fachada, si se bucea en la asombrosa Vida, Obra y Milagros de Little Carmona…por los clavos de San Pablo Iglesias… ¡lo ha sido y lo es él Todo!  Se ve que, puestos ya a exprimir a tope los abismos y los paraisos todos de la humana existencia, cual adolescente al que un tigre le rugiera por las venas, quiere ahora darle el joven Carmona (nacido Él en el Año de Gracia de 1963) un tiento también al delicatessen de la Alta Política.
   
     Recorrer la peripecia vital de José Carlos Carmona, la cuajada plenitud de sus logros, es abismarse en la maravilla de la criatura humana y sus infinitas posibilidades, es  asomarse pasmado a los mefistofélicos rasgos de un individuo excepcional, más dotado que Mozart y el da Vinci juntos. No sabe uno, lector, ni por donde empezar las abrumadoras enumeraciones del catálogo de industrias, afanes y bellas artes que el renacentista Carmona a su paso ha ido desgranando.
     Vamos, ahora-que-vamos-despacio y que sólo la contemplación de un retablo de prodigios sin parangón nos espera, a intentar dar cuenta y razón de las obras conocidas de este hombre proteico como pocos, que al mismo Prometeo hubiera dejado turulato. Es preciso, claro, para poder abarcar exuberancia tanta el ir por partes, por “ámbitos”, como él mismo en su blog, con cursileria tecnócrata que, visto el éxito, habrá que imitar, apunta. Eso, vayamos apuntando “la multidisciplinariedad de mi trabajo que se despliega en torno a…” –toma para empezar ya castaña, faisancito-:
    -“En el ámbito de la gestión política” es: miembro del Comité de empresa de la Universidad de Sevilla por UGT, miembro del Claustro de la Universidad de Sevilla, Secretario de Educación y Cultura de la Federación de Artistas del Estado Español, Secretario General y de Comunicación de la Unión de Actores e Intérpretes de Andalucía”, por citar algo.
     -“En el ámbito cinematográfico y teatral” es crítico literario en Canal Sur Radio, fue profesor de la Escuela de Cine de Andalucía, protagonista del largometraje El Proyecto Manhattan, secundario en series de Canal Sur y en montajes de Moliere, Ionesco, Miura, y “etc”, dice él. Actuó sobre todo como profesor en el reallity “Curso del 63” de Antena 3. Claro, qué mejor credencial para aquestos Tiempos de la Mugre que haber protagonizado en la tele un reallity, como a propósito de la Spanish Revolution señalábamos aquí.
     -“En el ámbito Filosófico” es doctor en Filosofía por la Univ de Sevilla, donde fue profesor hasta pasarse a la de Ciencias de la Educación, director de la Tertulia Filosófica del Ateneo sevillano, miembro de la Sociedad Filosófica “Pensamiento y Cultura”, ha obtenido becas internacionales como profesor en universidades extranjeras, ha impartido multitud de conferencias y publicado decenas de artículos en revistas especializadas.
     -“En el ámbito musical” es profesor, es director de la Orquesta Sinfónica Hispalense, de la Orquesta Sinfónica 1º de Mayo, de la Orquesta de Cámara Europea, del Coro de la Universidad de Sevilla, autor del libro “Criterios de interpretación musical”, titulado superior en Dirección de Orquesta y Dirección de Coros, ha ofrecido cientos de conciertos, segunda sinfonía de Mahler incluida, incluso en la sede de la UNESCO, en fin, tiene 5 DVDs en el mercado y 3 CDs en los que Haydn, Brahms y tal y tal desfilan bajo la batuta carmoniana, por mencionar sólo alguno de sus hitos.
     -“En el ámbito literario” –y es ahí, lector mío, dónde ya la pura tirria me corroe hasta causarme vergüenza- es fundador del primer máster en Creación Literaria en la Universidad de sus amores, y autor de 32 libros, entre los que destacan “Sabor a Chocolate” del que se han vendido más de cien mil ejemplares y “Sabor a Canela”, publicada en la mismísima planetaria editorial que  a Millás fizo de oro. Tiene además Carmona el don de los títulos y a los antes citados hemos de añadir “Pararse a pensar”, “Cuentos para después de hacer el amor” y “El arte perdido de la conversación”. Obtuvo el I Premio de Novela de Alfaguara, cuyo jurado, presidido por Arturo Pérez Reverte, ¡personalmente recomendó a la editorial que lo publicase!, con la novela “Una sinfonía concertante”. Y no  ya sólo eso: es que encima en los foros internéticos, anónimos lectores le dejan conmovedores elogios de sus novelas, dotadas, al decir de ellos, de una sensibilidad tan exquisita que hasta les roba el corazón, sin ser capaces de hasta el final dejar de leer sus historias.    
    
      ¿Podría faltarle algo a este pedazo de Monstruo… diodenal, que diría el gran Chiquito? A despecho de su acendrada militancia socialista y ugetista, Little Carmona ha tomado parte también en la gloriosa Spanish Revolution. Confiesa, así, que “he participado ACTIVAMENTE en las asambleas celebradas en Sevilla por los del 15-M”, cuyas propuestas (supongo que la del reparto del trabajo y la de no votar PSOE/PP también) dice defender. “Día tras día pude ver la angustia de jóvenes y personas de todas las edades”. Cuando Chacón aterrorizada desistió, comprendió Carmona que “se desoía la petición de la sociedad que estaba pidiendo que se viera que somos democráticos, que somos humanos…”. ¿Está seguro Little Carmona de ser humano? ¡Si el Superhombre nietzscheano resulta a su lado un alfeñique!
    
     Mamma mía, qué vertigo de malsana envidia ante los resplandores de  fecundidad tan excelsa, de una tan lograda apertura a las plenas potencias del Ser, que de tanto ser, incluso de submarino rubalcabo para “controlar” a las bases podría también a más a más tratarse. ¿La puede alguien siquiera igualar? ¡Pero si al lado suyo el propio Punset pareciera sólo una pulga, bien afortunada, es cierto. ¿Qué puede a todo esto de verdadero peso oponerle Big Faisán?
      ¡Ostras, Little Carmona, you are my hero! ¿Cuántos Little Carmona, tan socialistas como él, daránse entre las Indignadas muchedumbres? ¿Y no podrías tú, dear Carmona, que bien seguro estoy que a ti, vistas tus ubicuas y taumatúrgicas capacidades, esto ha de llegar… recomendar lo mío allá por las editoriales qué frecuentas? Me convierto al socialismo y hasta a la Spanish Revolution si lo haces, te lo juro.