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jueves, 16 de febrero de 2012

Milá toquetea ahora a Jesucristo


     
    Sí, va a ser que a la Milá le encanta toquetearle los gabilondos al personal. No se conforma con levantarse un pastizal a costa del infecto Gran Hermano suyo que de oro a ella la reviste. Quiere la Señora que la cosa no decaiga, claro. Hay siempre entonces que andar fabricando escándalos, en los que pueda ella además posar de irreverente. Así, el otro día, mirando de repente a cámara, como si acabara de tener una revelación, aseguró que “si Jesucristo bajara a la Tierra, entraría en Gran Hermano”.
   
    Mostrábase la gran Dama del periodismo español segurísima de ello, como si fuera ella la Suma intérprete de la divinidad, como si a través de su lengua hablara todo un pentecostés de espiritualidad granhermana. Es desde luego todo un misterio el saber cómo se puede estar tan seguro de cosas como esas. No sé, podría haberse acordado de Mahoma, o de Ghandi, de Lenin, de Lennon, de Pablo Iglesias, de Mandela qué se yo, a la hora de meter alguna gran personalidad en la Casa por excelencia de la Telebasura. Era una “visión” calculada, claro: siempre reporta buenos dividendos y ningún riesgo ofender a los católicos. Por eso mismo medio en trance remachó la Señora ante las cámaras su “visión”: “Y digo más, Jesús barrería a todos los que ahora son dueños de la ortodoxia y se creen que tienen la verdad absoluta, os digo una cosa, esta no es mi iglesia”. Si lo sabrá ella, la señora condesa. Poco más y nos sienta a Jesucristo al frente del Consejo de Administración de la tele de Berlusconi.
     
   Ya lo he dicho más veces: nunca dejará de asombrarme la impudicia que se gastan los forretis del Mester de Progresía patrio, encantadísimos además de conocerse. Le dan a uno ganas de hacer afirmaciones equivalentes a propósito de Olof Palme, o de Gorbachov, o de Allende, a ver qué tal. Ahora bien, la “revelación” de la Milá ¿es sólo pasajera artimaña fenicia, o se inscribe, como una pincelada más, en el cuadro de un ambiente ideológico a propiciar?
    
   Recordemos que ya Peces-Barba en El País había hace poco descubierto (post mío del 18-5-11) que “los católicos sólo entienden el palo”. Las ofensas pornográficas a los jóvenes, por parte de los Indignados durante la visita del Papa, están en la memoria de todos. En el reciente Congreso socialista fue la revocación del Concordato el as en la manga rubalcabo que con más frenesí le jalearon los delegados. En fin, una dirigente socialista de Chamartín, que como Martu Garrote es conocida –paladéese esa sinfonía del apellido con el mensaje que a Martu de dentro le sale- tuvo hace pocos días, cierto que en más cruenta imaginería que la simple barrida de Milá, otra paralela revelación: “Siempre digo que en España quemamos pocas iglesias y matamos pocos curas”.
    Le faltó a Milá la otra noche, vista su ciega clarividencia sobre  Jesucristo y el Gran Hermano, ya de paso postularse ella misma en el futurible como la viva reencarnación de María Magdalena, qué cosas.
       

jueves, 22 de diciembre de 2011

La Lotería y los Indignados

    
     Deberían las huestes hibernantes de la Santa Indignación anticapitalista, con Hessel-Sampedro-Santiago Segura-Peces Barba-Punset, -más Antonio Gala calentando en la banda- esa mítica delantera, al frente, si la estricta coherencia y el hondo sentido moral guiara sus actos, ocupar y alborotar de lo lindo esta mañana los salones en que se celebra el Sorteo hasta paralizarlo y detener así uno de los más preclaros símbolos y rituales de la glorificación del Poderoso Caballero. Incluso desde el punto de vista mediático, tan caro a estas idealistas gentes, darían ellos una muy revolucionaria Campanada que por todo el universo aún más extendería el trending topic de la Spanish Revolution. ¡Pocas ocasiones como esta, que mejor unan de una tacada teoría y praxis revolucionarias! ¡Gritarles delante de todas las cámaras a los bombos y a los niños de San Ildefonso su eurovisiva cantata del que-no-que-no-que-no-nos representan-que-no!
    
   
     

     
     DETÉNGANSE AQUÍ QUIENES PRISAS LLEVEN, -aunque desespero, lector, porque a la noche vuelvas conmigo, y a que les digas a tus amigos los tesoros que encontraste en este blog- pues aviso ya que a continuación desgrano pesadísima Teoría mía sobre la Lotería, la CLAVE y la LLAVE de su misterio, que algunos ya conocen y que –oportunista que uno es- no pienso perder la ocasión de en el día de hoy desenrollar, incluso luciendo palmito… y hasta literario estilito, si de ello soy capaz. Valga para el muá como disculpa que el Internet a todos nos está pulverizando la memoria, con lo que es preciso repetir mil veces las cosas para que al menos una quede. Va sin más mi plastísima Teoría:



 
    
    
     Es bien sabido que a la postre resulta la Lotería de Navidad –emblema sumo de todas las loterías- un notable instrumento anti-igualitario, ya que viene a consistir el misterio y la ilusión desmedidos que la misma cada año concita en quitar un poco de dinero a todos para acumular un mucho del vil metal sobre la cabeza de sólo  unos pocos, sin que éstos, por otra parte, hayan hecho mayor cosa para merecerlo. Vendría la lotería a funcionar entonces como curioso mecanismo redistributivo de rentas, salvo que de carácter regresivo, claro, por el que al final del sorteo son los pobres (en su mayoría) un poco más pobres y los ricos (de origen o sobrevenidos de golpe por el soplo de la diosa Fortuna) un mucho más ricos.
     Los modernos Estados del Bienestar, que con tanto afán pregonan buscar la más equitativa y progresiva redistribución de ingresos para los ciudadanos –recordemos el famoso Discurso del Viento zetapeico, montado todo él sobre la aversión a los ricos y la pasión por los pobres… de Somosaguas- deberían, si fueran coherentes no sólo proscribir las loterías, sino perseguirlas, por ser tan contrarias a los fines que dicen buscar.
    
     El fortísimo arraigo emocional que la lotería, al socaire de tanta plática  socialdemócrata, consigo mantiene entre la gente radica a mi juicio en el sencillo paralelismo que guarda con la Vida misma, tan azarosa y contingente, tan expuesta a mil y una circunstancias o avatares, a veces también súbitos y fuera de todo cálculo racional, que complican o facilitan de forma extraordinaria, -y en la lotería el meollo intrínseco es que el mazazo ese puede ser sólo superbenéfico, en principio- la existencia de los hombres. Parecería así que los hombres hubiesen acordado establecer un artificio para imitar con el azar de un sorteo lo que los escritores de los folletones decimonónicos llamarían los vuelcos maravillosos de la existencia para unos pocos.
   
      Se me dirá: al fin y al cabo quien era pobre antes, no mucho más pobre seguirá después, si no atrajo hacia sí el Maná. Sólo que no sabemos exactamente a qué gastos más esenciales desplaza la cuantía destinada a tentar la suerte. Traigamos el asunto a terrenos propios de letraheridos: cuántas veces no decimos cómo tal libro nos cambió la vida (o tal cursillo, o tal pequeña inversión), justo el que ahora no compramos por adquirir el billete de marras… que sólo más billetes nos puede traer, a despecho además de cuanto decimos en principio aborrecer al poderoso caballero.  
     Bien se ve, no obstante, que la promesa que en sí encierra la lotería no es tanto la puramente material como la ilusión condensada al máximo de transformar radicalmente (con una suerte de varita mágica) y de un plumazo el orden pautado de nuestros días (una Revolución estrictamente individualista y hacia arriba) y lanzarnos a una vida que imaginamos más plena… que es justo la que nos proporcionan bien baratitos los mejores…. (iba a poner blogs, fíjate, lector)… los mejores libros, quiero decir. 
     Como toda pulsión extraordinariamente egoísta, (la de ser Uno y nada más que Uno inmensamente Ricos, para darse más tarde el festín inconcebible de ser también inmensamente generoso…con los nuestros, claro, que es impensable el reparto total) una vez formulada y puesta en sociedad necesita, para hacerse tolerable, el ser en alguna medida maquillada. Así, con voz piadosa y acento algo fariseo lanzamos al vuelo esas dulces psicofonías de que “ojalá caiga entre los más necesitados, entre quienes menos tienen, y yo me alegro por ellos y tal y tal”.
          Pero el magnetismo atávico que la Lotería año tras año atesora estriba sobre todo en recrear en nuestro interior la simple suposición, el paladear la dulcísima textura de una sencilla promesa, la de que por qué no habríamos de ser nosotros esta vez –a pesar de las infinitesimales probabilidades de que ello acontezca- los elegidos de los dioses. Es en el fondo un sueño, que está de una forma o de otra, inscrito en la propia naturaleza imaginativa de los hombres que les faculta para ir más allá de su ordinaria vivencia. Es como cuando en la oscuridad de la sala del cine –fábrica de los sueños, se la ha llamado- juraríamos que sólo y nada más que a nosotros la Actriz o el Actor de divina hermosura es a quien está mirando, y que si por casualidad a fondo nos conociera, irremisiblemente de nosotros  acabaría enamorado.

domingo, 30 de octubre de 2011

Peces, Tardá, vaya par



    
     La carrera de mentecateces que, cual sarta de horrísonas latas al rabo de un tuso atadas, lleva enhebradas tras sí Peces Barba, Padre de la Constitución, ex-presidente del Congreso, ex-magnífico Rector, Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo y Tercera Espada de la Santa Indignación merece hacer con ellas un libro monumental y, no sé, darle después el Príncipe de Asturias de las Humanidades o algo así, lo que mande Punset, que para eso conforma el jurado, y hacerlo luego texto de obligado estudio para todos los escolares hispanos, peninsulares y ultramarinos.
     Ha soltado la penúltima Peces ahora en Cádiz, con un punto fanfarrón además en el lanzar de las bombas dialécticas: “igual nos habría ido mejor si en 1640 en lugar de quedarnos con Cataluña nos hubiéramos quedado con Portugal… No sé cuantas veces hubo que bombardear Barcelona, pero esta vez se solucionará todo sin necesidad de bombardear Barcelona”. Dice tal gansada (aquí Peces como sagrado portavoz él solito de la historia de España hablando de BOMBARDEAR) alguien de la -por definición  abominable- DERECHA ESPAÑOLA, y vamos, hasta vudú hace con él Carmen Chacón en plaza de Cataluña, y con ella el pleno del progresismo bienpensante, aterrado siempre ante la eternamente amenazadora  derecha española.
     A falta de la Chacón, quien rápido saltó a la yugular de las bombas dialécticas de Peces, haciéndose al paso tirabuzones en las greñas, fue ese finísimo espíritu intelectual, esa cima de la elegancia oratoria, ese diputado en el que el saber de esta época mugrienta parece complacida en resumirse, que se llama Tardá. Tardá cogió su tweet y de... “ENORME HIJO DE PUTA” al instante tachó al ex-presidente del Congreso. Qué no podrá entonces llamarle a uno cualquier anónimo bloguero combativo, si los padres de la Patria esquérrica así se producen. Nunca se meditará bastante sobre el veneno que en la convivencia introducen estos ejemplos. No sé si habremos de ver a la ministra de la Defensa de España con una camiseta bajo el lema “todos somos Peces”.      
     Dejemos aquí entonces a salvo, antes de que los escribidores de la Historia las borren, ensartadas algunas de las labradas perlas últimas de Peces, ese rosario inagotable de majaderías, cuyo esplendor conjunto, si ha de espantar al Estado entero, no digamos entonces en qué medida habrá de ofuscar más al esquérrico Tardá, ese gentlman de la cultura y de la civilidad:
     “Aquí estamos los buenos (en el homenaje zetapeico a Carrillo)- las víctimas del Terrorismo tendrán que aceptar muchas concesiones (en los albores del zetapeísmo)- despertad, madrileños, seguid el camino que marcan los venerables Hessel y Sampedro… no debemos dejar paso a esos sectores llenos de rencor y sedientos de riqueza- si hubiera que premiar la mayor degeneración, sin duda Esperanza Aguirre obtendría el primer premio- los católicos, cuanto más se les consiente, peor responden, sólo entienden el palo (empecemos por Blanco entonces, que para pasmo del santoral entero, acorralado en la gasolinera de los 400.000, revelóse creyente, de diario examen de conciencia además)”.
     Ay, Peces, Peces, cuántos tardás, cuántas coces alimentas con tus preces.
    
          

lunes, 30 de mayo de 2011

Punset, el Cuarto Mosquetero de la Spanish Revolution

    
      Sampedro, San Hessel, San Peces, échense a un lado, plis,… pista que va el artista: Eduardo Punset, ese genio inclasificable, abraza también a sus 74 años la causa de los Indignados. “No paréis”, les jalea, conmocionado ante la magnitud de la revolución cultural en marcha. No podrán decir las juventudes de la Indignación que no está seduciendo su formidable lucha anti-capitalista a los más venerables y exitosos ancianos del Sistema. Yo creo que un partido/movimiento que contara con los auspicios de estos veteranísimos mosqueteros, tan best-sellers en sí mismos, arrasaría ahora en las urnas entre el Pueblo. Tienen pues en la mano el cambiar hasta las trancas  este podrido mundo y dar paso al suyo, tan humano y tan guay. Que no se quejen entonces, si no lo hacen.
      
     No sé por qué, pero al conocer el video de Punset en la plaza de la Escandalera de Oviedo inmediatamente me acordé del de la Milá toqueteándole los gabilondos a un paje de la Sexta. ¿Por qué? me interrogué a lo Mou. ¿Rebulle acaso en ambos una similar obscenidad? Debe ser la mala uva bloguera que a esta jodida hormiguita refractaria adorna. Hoy como ayer, desgranar ese video de primera es redescubrir la desvergüenza constitutiva de estos elitistas Prohombres, frutos mimados del Sistema, que disfrutan haciendo como que lo odian, posando siempre de Filántropos sumos mientras ordenan a las hormigas enfrentarse entre sí, que merecerían sin duda ser despojados de todos sus privilegios materiales y obligados, como los pobres de verdad, a escardar cebollinos bajo el sol atroz en una ladera del Tíbet maoísta. Así es que, concédeme una vez más tu favor, lector mío, déjalo todo, toma mi mano y aventurémonos entre el espeso manglar del cinismo punsetiano, que no deja de tener la cosa su cenagosa guasa. Vamos allá:
    
     En el principio fue el autógrafo. Sí porque, desde el mismo umbral de la nueva Era que ahora comienza, se contempla al gran Hombre, satisfechísimo de sí mismo, relajado y contento, firmando bajo el acogedor rumor de los aplausos en lo que parece el libro de visitas de la acampada Indignada. Sólo que ya el autógrafo, la huella punsetiana y el tesoro de su salvaguarda, evidencia que es Punset, como diría Orwell, un poco más Igual que los demás iguales, una Ilustre Personalidad en medio de la libertaria Asamblea. “No sabemos ni cómo agradecérselo”, óyese decir, con la voz velada de reconocimiento, al portamicrófonos de la Asamblea, que le pasa ahora el testigo a Punset.
     “Oye, muchas gracias por mantener viva una esperanza que LLEVAMOS cultivando desde hace mucho tiempo…”, así arranca Punset la faena, en pie, ataviado con chaqueta y camisa sin corbata, por supuesto, sus finas gafitas profesorales, su tono y gestos característicos de violinista húngaro que desparramara las palabras con un dengue de abeja zumbona borracha de miel, como exprimiendo unas invisibles naranjas en el aire, también como un Ronaldo sólo un poco avejentado que acabara de marcar y brindara el delicioso zumo de su sabiduría milenaria al respetable.
     ¡Alto ahí!, porque, a pesar de la sonrisa, como quien no quiere la cosa, ha deslizado Punset el plural mayestático que por supuesto le incluye y que niega la radical novedad de la lucha. ¿Os creíais acaso, juventudes de la Indignación, los pioneros de la Revolución que ha de cambiar de raíz la vida y el mundo? Quiá, LLEVAMOS desde hace MUCHO TIEMPO nosotros con la floricultura ésta de la esperanza. “Oiga, don Punset…” quizás debiera uno de esos libertarios interrumpirle, “…pues no puede decirse que le haya ido precisamente mal con ese cultivo, ¿no? ¿Repasamos cuanto usted tiene, el fenicio éxito de sus libros y programitas en la televisión del Sistema,  el pastizal que se levanta, acaso su humildísima biografía de ex-ministro de la Derecha, economista del satánico FMI, sus estudios superiores en Londres y París, su bachillerato ¡en los años 50! en la High School de Los Ángeles? oiga, su Eminencia, que no es usted un paria, creo”.
    
     Habla luego de las teorías conspirativas que enseña él a sus nietas y arranca ya así unas sonrisas benevolentes, antes de entrar en el quiz de la materia. “Pensad cómo eran las cosas hace dos mil años, ¿no?...”.  Claro, pensad cómo era entonces la vida de los hombres y comparad, pero no va Punset por ahí, no. “Había la Ruta de la Seda, que era… como vosotros, o sea intentaban unir Roma con Oriente, intercambiaban conocimiento, chismorreo, infecciones, genes, y de allí nacía una civilización nueva, una manera nueva de pensar… y en eso estáis vosotros”. ¡Quieto parao, don Punset! O sea que la Spanish Revolution, su esencial aborrecimiento de la libre economía, viene a ser… ¡como la célebre Ruta, abierta sobre todo por la codicia y el ansia de riqueza de aquellos históricos mercaderes que querían a toda costa acrecentar sus ganancias materiales gracias al afán de ostentación de las más acaudaladas familias romanas, deseosas de acicalarse con el preciado tejido! Pos vaya toalla, debiera haber terciado  ahí alguno de aquellos idealistas de la Escandalera.
     “Ahora tenéis la SUERTE de que gracias a Internet y a las redes sociales…”, pero, don Punset, qué sabiduría es esa que cifra el origen del Intenné en el mero azar, ¿nada tiene que ver con la iniciativa individual?, “…oye, yo he venido aquí, COMO CADA AÑO, tengo la SUERTE…” (y de nuevo el azar poniéndose del lado punsetiano, qué afortunado él en la loca tómbola de la vida) “… que me ponen en jurados, y entonces estoy en el jurado de Ciencia del… Príncipe de Asturias, creo que se llama… (ah, qué ensayado mohín de disgusto entonces, qué truquito de farsante mediocre, esa burda red embustera que atrapa las mudas sonrisas cómplices del Directorio de la Indignación, y es precioso el momento, porque irrumpe además en el plano, vestida de rojo, una esplendorosa rubia de muy generosas formas, risueña y ansiosa por inmortalizar digitalmente al Genio, quién fuera él, leches, y estallan los flashes a su alrededor) “… y no puedo revelar el secreto pero os dejo tranquilos, en el sentido de que… creo que hemos elegido bien el Premio…”, y pone ya pie en estribo Punset para la revolera de la despedida.
     “Mil gracias, aah, pensad que hay mucha gente que se acuerda de vosotros, aah (cierra el puño en este punto Punset, adecuando así palabra, gesto y sentido)… aunque os parezca que estáis solos. Gracias”. Estallan ya los aplausos, atruena incluso algún bravo, devuelve él entonces con humildad estatuaria los cumplidos. “Muchas gracias, Eduardo”, le susurra encandilado el maestro de ceremonias de la Asamblea, un poco por debajo del gran sabio. Eduardo guarda la estilográfica en el bolso interior de la chaqueta, se gira hacia el Directorio y por un instante, a sus setenta y cuatro, enfoca con la mirada a la rubia esplendorosa, que a unos metros entusiasmada le ovaciona.
    
     “Creo que debemos un fuerte aplauso… a un esfuerzo brillante”, tercia el speaker y en efecto, sucédese la mansa lluvia de las ovaciones sobre Eduardo que, complacido, baja del estrado y se abre paso, lento y majestuoso entre la masa de los Indignados, que es ahora masa de Enardecidos en torno al sabio, hasta que la marcha triunfal de Eduardo fúndese en plano con la hermosa nuca de una joven morena de pelo recogido en cola que castamente  besa  la sabia mejilla.
     Aún podemos contemplar por un instante más a Punset, señorial y tutorial, firmando más autógrafos, que es que los Indignados se los solicitan sin tregua. Y al final del video, como agitado el Héroe por emociones tantas, don Punset suspira y se desborda… “¡aay! ¡No paréis!, les exhorta con voz desmayada a los penúltimos entusiastas. “Muchas gracias”, óyese decir a uno de ellos, como si la firma del mismo Bob Dylan acabara de conseguir. “Nada, encantao”, remacha Punset, y se va. Y luego, más risas de los Indignados y ese plano final, que recoge, con la atormentada caligrafía del genio, su cultísimo y central imperativo: “No paréis”. Y olé.

Video de la cosa en
http://youtu.be/FYReCuj6ksM
      

miércoles, 25 de mayo de 2011

El legado de los Indignados

    
     Sinteticemos, a nuestro insignificante modo de ver -¿qué podría una simple hormiguita díscola y facciosa ante el rugir de la fabulosa marabunta justiciera salvo suplicar como el Otro un poco de por favor, y recordar que se evalúan aquí, desde el criterio de uno, falible, of course,  unas ideas y unas orientaciones generales, y nunca a las personas participantes en la Indignación entre las que estoy convencido, igual que entre las del PSOE y las del PP hay magníficas personas?-, las trascendentales aportaciones a la Historia del Pensamiento Político Universal que para la Posteridad nos dejaron los más sugestivos portavoces de la Spanish Revolution durante estos días que conmovieron al Mundo… bueno, y también al Washington Post:

     1)“Esperanza Aguirre, hija de P…”: yo creo que hasta a Cromwell le hubiera dado vergüenza escucharlo, se hubiera incluso indignado él mismo de oírlo, ni siquiera un eslogan macarrónico del todo a cien, ni eso, sólo el zafio y machista y ordinario insulto, coreado con algo de tabernario afán vejatorio, que tanto recordaba a aquel otro de la pancarta de los huelguistas del metro madrileño: “Espe, como no me des el 5, por el c te la hinco”, inscritos por lo demás ambos a la perfección en l’air du temps, en la norma de la horma de los reallitys de la Mugre hodiernos.

     2) “Así, Así, Así Vota Madrid”: que no otro fue el futbolero cántico con el que la Indignada muchedumbre durante la jornada de reflexión y a través de las televisiones llamaba al Pueblo español precisamente a no ejercer el derecho al sufragio, sustituyendo el voto en la urna por el bote sobre el firme portasolero, en una como mínimo estrambótica ceremonia, entre festiva y absurda, que al mismo Bakunin hubiera mosqueado. ¿Deberían acaso los yugorines del PP, de poseer algo de chispa sus inspiradores, de haberles en la noche electoral a coro contestado, al modo de los seguidores del Real cuando su equipo gana, con ese mismo ASÍ, ASÍ, ASÍ VOTA MADRID en boomerang? Mejor no, ¿verdad?

     3) “¿La soberanía nacional? ¡La soberanía nacional está aquí!”, alucinado y alucinante reduccionismo de inequívoco talante antidemocrático, enarbolado con toda convicción por uno de los  Portavoces de ese difuso, abstruso y profuso Régimen asambleario, embarullado en infinidad de votaciones, seminarios, reuniones, convenciones, propuestas –algunas perfectamente acorde a lo que uno defiende- de representación tan directa como directamente inanes y manipulables, contradictorias, contrarias precisamente a las normas elementales de los mecanismos democráticos de representación, que al propio Rousseau hubiera dejado patidifuso.

     4) “¿Alguien de Bildu en la acampada? No lo sé, pero sería un honor recibirlos”: cultivadísima perla que dejó caer también en un programa de televisión uno de esos autorizados intérpretes de la Spanish Revolution, de la “Organización” como ellos dicen, que seguramente devolvía así las flores -¿las rosas blancas?- que aquellos prodigaron a los Indignados en no tan asombrosa eventualidad que al mismo Kant hubiera hecho palidecer. Sí, porque, un notorio dirigente de Bildu apuntaló “las similitudes importantes” que guardan ambos movimientos. Dijo asistir él con “expectación e ilusión” a lo de Puerta del Sol, ya que “los rasgos definitorios que vamos conociendo del movimiento de respuesta ciudadana y los propios caracteres que Bildu ha ido dando a conocer a la ciudadanía guardan similitudes importantes”, tal y como recoge Efe.
    
     Siempre podrían alegar en su descargo los Indignados, claro, que con los Tres Tenores del Antisistema como mentores, San Hessel (“Deseo que halléis UN motivo de indignación. Eso no tiene precio”), Sampedro (“El PP se regodeará apretando los tornillos de la explotación”) y San Peces Barba (“Los católicos sólo entienden el palo”), tampoco podíamos pedirle al olmo podrido de su juvenil Indignación las granadas peras, el milagro de la primavera de Enmanuel Kant, por decirte algo. Y no les faltaría en ello, reconozcámoslo, pura y práctica razón, que nos explique así el desbarre de tanta sinrazón básica.  O sea, Sam Peckinpah.

(Por el motivo que sea, que lo ignoro, San Blogger no me permite responder a mis amables comentaristas.¡Ahora, que lo desearía tanto! No para cruzar exabruptos, desde luego, sí para intercambiar, sin acritud, razones, vivencias, argumentos, ejemplos. Para comunicarnos mejor, no para incomunicarnos, más. En cuanto me sea posible lo haré, claro)


miércoles, 18 de mayo de 2011

Peces-Barba-Sampedro-Hessel... esos mulláhs


   
     Claro, qué exigirle al altivo cafre jiennense cuando nada menos que uno de los Siete Padres de la Constitución y Excelentísimo Presidente del Congreso de los Diputados brinda a su provecta edad desde EL PAIS el penosísimo show de desplegar un vendaval de furia cainita, propia sólo un mulláh perito en odios que a todos nos quisiera con su propia insania de paso estrellar. Peces Barba y el milagro de la multiplicación de su odio crepuscular. Si el ceporro de Jaén hablaba de “matar a hostias” a su oponente, Míster Peces, en apariencia un pasito atrás, en realidad, dada la sensatez a la que debería obligarle su privilegiado status, siete pueblos más allá del peor de los fanatismos, asegura que “los católicos sólo entienden el palo”. “Cuanto más se les consiente, peor responden. Sólo entienden el palo” escribe Peces y le exige nuevas y drásticas medidas ad hoc a su pupilo Presidente.
     Creía uno que sólo empleaban esos virulentos y rancios emblemas terminológicos –“entender sólo el palo”, qué imaginería más retrógrada, qué chusco y torcido ex-Rector- los fervorosos e ignaros franquistas de diseño, ya por fortuna periclitados, aunque cosa sabida es que la misma expresión en boca de un sedicente progre por sí misma tórnase al punto en brillante máxima al servicio de los que menos tienen, de los desheredados, de la Humanité etecé, que no hay montañas en todo el universo mundo capaces de amontonar la fenomenal fábrica de la demagogia progre. Amenaza pues el Emérito Ex-Rector a los católicos con el palo talibán de su otoñal ira.
    
     Se trata, claro, de acrecentar la yesca de la Crispación, de prender el reguero inflamable de la discordia, tal como el profeta Gabilondo aconsejara en su día a su entonces Señor Zetapé, porque así conviene al rastrero cálculo electoral, y si en el camino se despeña nuestra nación por la cuneta de los enfrentamientos fraticidas, siempre sabrán posar ellos para la Historia de muy abnegados pacifistas, incapaces de pisar una hormiguita bloguera siquiera.
     Citando expresamente –“seguid su camino” que todo es ahora dar órdenes a la tropa- a los venerables Hessel y Sampedro, fenicios y exitosos mulláhs del Indignaos, como haciéndose un sitito a su lado,  a ver si algo del Triunfo Panfletario a él así se le pega, -le voilá los Tres Tenores del Antisistema- impreca ahora desde el minarete de Prisa el muecín Peces a sus creyentes en iracundos y apocalípticos términos: “¡Despertad, madrileños… no debemos dejar paso a esos sectores casposos, LLENOS de RENCOR y SEDIENTOS DE RIQUEZA  hemos de acabar con la pesadilla del Dragón que representa la señora Aguirre… que la señora marquesa consorte no siga gobernando Madrid”. No pasarán vamos, y pasma a uno en el Apologista del Palo la referencia capilar al adversario –teniendo tan a mano al torrentino Mr Bono, egregio representante del socialismo hípico, y a las florecientes joyerías de su ex-esposa- junto a términos denigratorios tan inmotivados e hiperbólicos, tan cuajados de bilis, de una maldad tan sin fisura en ellos como los que Hitler y Stalin propalaban acerca de los judíos y de los kulaks. Y es que sostuvo en prisaico artículo Peces hace poco, tan suelto de cuerpo como acostumbra, que “si hubiera que premiar la mayor DEGENERACIÓN, sin duda Esperanza Aguirre obtendría el primer premio”. Ni Strauss Kahn, vamos. Arte degenerado, decían los nazis. Marquesa degenerada, señala Peces. Es, ya digo, el “milagro savonarola” de Mr Peces, a la vejez la sobada viruela de su cólera ultraizquierdista, y la multiplicación de su pan, éste sí que negro y amargo pan crispador.
    
     Ya trató Mr Peces en su día, como Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo –hay que ver la rimbombancia de oficiales puestos que siempre ha copado el muy mullah- de hacerles tragar a éstas el zetapeico ricino de la negociación etarra, conminando con maneras de Comisario desalmado a los deudos de los asesinados a las muchas concesiones que deberían ellos inexcusablemente prestarse a aceptar por mor del Proceso que a Zetapé iba a valer el Nobel de la Paz. Ya apuntó sus panfletarias maneras también Mr Peces cuando en el homenaje gubernamental a Carrillo deslizó su glorioso versículo de “aquí estamos los buenos”.
     Escribe en el artículo de EL PAIS Mr Peces, esa gloria nacional, que “no hicimos los socialistas la Transición… para facilitar el acceso al gobierno a los antiguos franquistas, a los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad”, porque sabido de sobra es también que Democracia, Progreso y  Socialismo única e indiscernible cosa son, de lo que se deduce que es al partido de “Esperanza Aguirre, Mayor Oreja y Camps”, y no a los heroicos luchadores por la Independencia y el Socialismo de Bildu, al que cabría ilegalizar, visto lo casposos-ahítos de rencor y- sedientos de riquezas como diabólicos enemigos que en el milagro de Míster Peces resultan.
    
     “Debemos luchar sin descanso en defensa de nuestra dignidad, para evitar la catástrofe moral que supondría una derrota anunciada y soportada por unos madrileños que habrían dejado de luchar”. Y qué penosa sindéresis, my God, si hasta los blogueros lo hacen mejor. Si después de artículos como éste no le dan a Peces el Mariano de Cavia –que le encanta encima a la Derecha, mientras desprecia a los liberales sin Nombre, galardonar a cuantos progres con talmúdica inquina la zahieren, recuérdese a E Aguirre y su valsecito de la Victoria con Sabina- es que está ya todo perdido para los pobres del mundo. Cómo maneja el palo Peces, que es que se le entiende todo. Es, ya digo, el milagro de P Barba, la geométrica progresión de su airada rabia antepenúltima, la de quien pasaba por eminente democristiano del PSOE, que descubre ahora a los mulláhs,  el discreto encanto de su santa indignación, para que luego un señor de Jaén vaya y remate por toda la escuadra el letal balón de la crispación.